Por: Basem Tajeldine |
Resulta complicado comprender el tablero político que hoy se suscita en Egipto ante la avalancha de noticias y opiniones que surgen no sólo de los laboratorios mediáticos al servicio de Estados Unidos, Europa e Israel, sino también de parte algunos seudo izquierdistas como Santiago Alba Rico que contribuyen a confundir a muchos. Cabe preguntarse ¿Qué pretenden al ocultar las relaciones entre Estados Unidos y la Hermandad Musulmana? ¿Por qué insisten tanto en tratar de desvincular a los Hermanos Musulmanes y los grupos yihadistas Frente Al-Nusra y Al-Qaeda? ¿Qué propósito mediático persiguen los estrategas imperiales y los seudo izquierdistas al desunir y descontextualizar los conflictos que afectan a toda la región? ¿Por qué ocultan el proyecto político de la Hermandad Musulmana que pretende nuevas divisiones sectarias y tribales de todos los territorios árabes, el desmontaje de los Estados-naciones para la conformación de nuevos califatos medievales al estilo de los países del Golfo? ¿Por qué todos ellos persisten en desvincular a los islamistas egipcios de los mercenarios enviados a Siria? ¿Qué intenciones persiguen todos al presentar a los Hermanos Musulmanes en Egipto como victimas desarmadas de una “cruel represión” de los militares egipcios y sirios? Las constantes coincidencias entre las opiniones de Santiago Alba Rico y los voceros occidentales deberían llamar la atención de los más atentos.
La ambigüedad de Barack Obama, las denuncias oportunistas del presidente turco Tayipp Erdogan (el mejor aliado de Estados Unidos e Israel) que pretende culpar a Israel de estar tras del derrocamiento de Mohamed Mursi, pero también el oportunismo de las petromonarquías al apoyar el gobierno de transición en Egipto, etc., también contribuyen mucho a la confusión. El tablero del ajedrez político que se aprecia en Egipto y Siria se le complica aun más a los Estados Unidos ha perdido completamente el control de su destino.
Los cierto es que Estados Unidos e Israel han perdido a sus mejores aliados en la región (Ben Ali, Mubarak y Mursi) y sus planes divisionistas han sufrido un fuerte revés momentáneo. La radicalización de las fuerzas armadas egipcia ante la posición hipócrita y chantajista de los Estados Unidos podría asombrarnos a todos con un golpe de timón ante posibles alianzas con Rusia y China. La historia de mediados del siglo pasado en Egipto nos mostró un episodio muy similar bajo el liderazgo del gigante Gamal Abdel Nasser. Las presiones estadounidenses y europeas sobre el líder egipcio provocaron su acercamiento a la Unión Soviética y el cambio de timón en aquel país. El espíritu de Abdel Nasser está presente entre la nueva oficialidad egipcia. Muchos lo saben, y por eso temen. Las grandes contradicciones que se reflejan a flor de piel en Egipto y Siria deparan algo inesperado para los estrategas imperiales y sionistas.
Por todo lo anterior la intervención directa de las fuerzas de la OTAN vuelve a ser plantado en aquel tablero, partiendo por Siria bajo la excusa del supuesto uso de armas químicas contra la población civil.
Esta vez Estados Unidos y el sionismo internacional jugaron con su más perverso peón, el islamo-fascismo, y volvieron a fracasar.
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