viernes, 16 de agosto de 2013

Snowden, Assange y las libertades

por Fabrizio Lorusso

Snowden, Assange y las libertades
Estados Unidos y la deriva neo-securitatia vs Assange y Snowden
Edward Snowden es un espía, un emisario de Al Qaeda, merece una condena ejemplar, Estados Unidos justamente lo persigue, ya que el técnico informático comprometió la seguridad nacional de esa potencia mundial y, por ende, del globo. Rusia le da asilo temporal y es un país canalla que se puso contra los Estados Unidos como en la Guerra fría. Y ahora todo esto pesa más, pues la alarma terrorista que sacudió las embajadas estadounidenses de medio mundo no es un juego. 
Edward Snowden es un héroe, reveló que Estados Unidos y sus aparatos, sobre todo la CIA y la NSA (National Security Agency) nos han estado espiando y así lo han hecho con gobiernos y diplomáticos extranjeros, es un luchador de la libertad de información y expresión, desenmascaró Facebook y Google: dos (y más) pájaros de un tiro. Venezuela, Ecuador, Rusia y Bolivia son países sensibles, atentos al respeto de las libertades, por eso estarían dispuestos a recibirlo. Es como Julian Assange, el fundador de Wikileaks que está "detenido" de facto en la embajada de Ecuador en Londres.
Dentro del polvo mediático, entre opiniones contrapuestas y debates internacionales, linchamientos populares o beatificaciones globales, es difícil entender y tomar posición y muchos se radicalizan. Sin embargo, hay algunos aspectos que quedan claros. Seguramente ambos (Snowden y Assange) temen ser extraditados a Estados Unidos y acabar en prisión como el soldado Bradley Mannings, quien hace tres años filtró más de 700 mil documentos reservados a WikiLeaks y podría tener una condena de hasta 136 años por 19 cargos (espionaje, fraude informático, violación de leyes militares, robo....). La Corte militar que lo juzga lo absolvió el 30 de julio pasado de la acusación de "colaboración con el enemigo", la más grave, pero muchas más siguen en pie.
El fumus persecutionis, la intención persecutoria, rodea la acción de Estados Unidos que, cada vez que puede, apela a su interés nacional prioritario y justifica cualquier brutalidad. Es un país que ya demasiadas veces ha evocado su propia seguridad nacional y, según sus gobernantes, la del mundo entero para entrarle a guerras, operaciones cuestionables, imposiciones a sus aliados incondicionales de la OTAN y otros peligrosos jueguitos diplomáticos y militares que deterioran la seguridad, en vez de reforzarla, y a la vez funcionan para mantener una hegemonía bizca y decadente hasta las ultimas consecuencias. 

Antes, el peligro era el bloque comunista, después fueron los islamistas-terroristas, los narcos, los migrantes, y ahora el ataque va en contra de los pioneros de los que denuncian y exponen al rey desnudo.
Las inexistentes armas de destrucción masiva en Iraq, la cárcel de Guantánamo, los secuestros de presuntos miembros de Al Qaeda en territorio europeo, los presuntos planes nucleares de sus enemigos, el peligro "rojo" cubano, la progresiva restricción de las libertades y garantías individuales, el espionaje vía web y Facebook que se reveló en estos meses y muchos casos más (véase WikiLeaks) están allí, ante todos nosotros. Falsedades del sistema y del poder deslegitiman ya cualquier pretensión securitaria norteamericana. Aun así, el 2 de julio pasado, España, Italia, Francia y Portugal negaron el permiso al avión presidencial de Evo Morales, presidente de Bolivia, para sobrevolar sus territorios porque creían que también Snowden estaba a bordo: un comportamiento bastante patético que provocó una crisis diplomática con el bloque de Unasur y el Mercosur. ¿Hay alguien en estos países que todavía cree que vale la pena?
De El Imparcial de Veracruz - Visión Global - Fabrizio Lorusso - TWT @FabrizioLorusso

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