Una nueva ola de enfrentamientos ha estallado en Turquía tras el funeral de un joven activista. Su muerte provocó violentas manifestaciones antigubernamentales y represiones similares a las que vivió el país hace tres meses.
Las protestas comenzaron el martes en la provincia meridional de Hatay tras el funeral de un estudiante de 22 años de edad, Ahmet Atakan, presuntamente muerto por agentes de seguridad turcos. Un grupo de activistas lanzó un petardo contra las fuerzas de seguridad, que respondieron con cañones de agua y el gas lacrimógeno.
Mientras tanto, en el centro de Estambul, cientos de personas marcharon a la plaza Taksim, donde fueron reprimidas por la Policía antidisturbios, que usó cañones de agua, gas lacrimógeno y balas de goma para dispersar a la multitud.
En Ankara, la capital turca, las fuerzas de seguridad recurrieron a cañones de agua y gases lacrimógenos contra más de 1.000 personas que se habían reunido en una plaza central.
Ahmet Atakan ha sido el sexto manifestante muerto en Turquía desde que las protestas populares comenzaran en junio. Atakan murió el martes tras haber recibido presuntamente el impacto de una granada de gas lacrimógeno que le causó una herida mortal en la cabeza.
La Policía niega esta información, alegando que el estudiante se cayó desde un edificio y que los agentes de seguridad no estuvieron involucrados.
La violenta represión en las protestas en Turquía empezó ya en mayo, cuando la Policía dispersó con fuerza una manifestación pacífica en el parque Gezi Park, cerca de la plaza Taksim. Los activistas protestan por temas como la libertad de prensa, la libertad de expresión, la libertad de reunión y la violación de la laicidad del Estado turco.
Mientras tanto, en el centro de Estambul, cientos de personas marcharon a la plaza Taksim, donde fueron reprimidas por la Policía antidisturbios, que usó cañones de agua, gas lacrimógeno y balas de goma para dispersar a la multitud.
En Ankara, la capital turca, las fuerzas de seguridad recurrieron a cañones de agua y gases lacrimógenos contra más de 1.000 personas que se habían reunido en una plaza central.
Ahmet Atakan ha sido el sexto manifestante muerto en Turquía desde que las protestas populares comenzaran en junio. Atakan murió el martes tras haber recibido presuntamente el impacto de una granada de gas lacrimógeno que le causó una herida mortal en la cabeza.
La Policía niega esta información, alegando que el estudiante se cayó desde un edificio y que los agentes de seguridad no estuvieron involucrados.
La violenta represión en las protestas en Turquía empezó ya en mayo, cuando la Policía dispersó con fuerza una manifestación pacífica en el parque Gezi Park, cerca de la plaza Taksim. Los activistas protestan por temas como la libertad de prensa, la libertad de expresión, la libertad de reunión y la violación de la laicidad del Estado turco.
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