Los canadienses no tienen previsto abandonar Rumania: los rumanos indignados por un proyecto de mina de oro de una compañía de Canadá salieron el domingo una vez más a las calles.
Las manifestaciones se celebraron en varias ciudades rumanas, en particular en la cuidad capitalina de Bucarest, donde los participantes bloquearon una importante carretera a fin de mostrar su oposición a la mayor mina de oro en Europa.
Los descontentos se oponen a los planes de la empresa canadiense de Gabriel Resources para construir una mina en la localidad de Rosia Montana, en la región de Transilvania.
En Bucarest, los asistentes a la manifestación marcharon ante la sede del Gobierno gritando “¡Tú traición se mide con oro!”.
Una similar concentración se celebró en la segunda ciudad mayor del país, Cluj-Napoca: miles de personas exigieron que la Unesco incorpore la mencionada zona minera con 2 mil años de antigüedad al Patrimonio de la Humanidad.
Los críticos advierten de que el proyecto dañaría el medioambiente, ya que la empresa canadiense planea destruir cuatro cimas de las montañas y arruinar tres pueblos de los alrededores de la zona totalmente.
El plan canadiense usaría, también, un promedio de 12000 toneladas de cianuro al año para extraer los metales preciosos, que es 12 veces más que la cantidad utilizada en la industria de la minería en toda la Unión Europea (UE).
El proyecto, actualmente en espera de la aprobación del Ministerio de Medio Ambiente de Rumania, se ha enfrentado a la oposición mayoritaria de la nación rumana, pues amenaza gran parte de los recursos minerales del país europeo y el medioambiente.
Gabriel Resources, la empresa canadiense, enfrenta duras críticas: muchos arqueólogos argumentan que la mina amenaza galerías mineras romanas únicas. La compañía, por su parte, advierte de que reclamará hasta 4 mil millones de dólares por daños y perjuicios en caso de paralizarse el proyecto.
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