Hasta el cierre de esta edición y con sólo un 24 por ciento de votos escrutados el Tribunal Supremo Electoral daba como ganador al candidato de la derecha Juan Orlando Hernández, del oficialista Partido Nacional. Mientras que la candidata del partido Libertad y Refundación (Libre) Xiomara Castro de Zelaya obtenía el segundo lugar.
Sin embargo, a boca de urna, Castro aventajaba a Hernández con una diferencia del 4,5 por ciento. Según informó la emisora hondureña Radio Globo, Xiomara Castro sería la nueva Presidenta de acuerdo con los sondeos que se realizaron durante tres oportunidades durante la jornada electoral.
Castro se adjudicó, antes de la emisión del primer boletín oficial del Tribunal Supremo Electoral, la victoria en los comicios presidenciales, con lo cual se convertiría en la primera mujer Presidenta del país centroamericano.
Sin embargo, medios de prensa locales, entre ellos El Heraldo y La Prensa, propiedad de varias de las familias más poderosas del país, que durante años se han identificado con el bipartidismo impuesto por el Partido Nacional y Liberal, publicaron resultados de “exit polls”, totalmente opuestos.
La abanderada de Libre, en su programa de Gobierno propone una refundación total de Honduras, proceso que se iniciaría con la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, que redacte una nueva Constitución.
La jornada estuvo marcada por diversas irregularidades, amenazas y la militarización de los medios de comunicación democráticos, así como la compra de votos a través de bolsas de comida, ropa y hasta tarjetas de crédito por parte del oficialismo.
La Mesa de Análisis sobre Violación de Derechos Humanos en Honduras, que siguió paso a paso las elecciones, señaló que las anormalidades están ligadas a que sufragaron muertos, hubo doble votación y cambio de locaciones sin aviso a las personas a la hora de marcar la papeleta.
Telesur
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