Se trata de la estudiante de medicina y militante del Frente de Estudiantes Libertarios, Melissa Sepúlveda. Los estudiantes libertarios sostienen estrechas relaciones con los secundarios y los trabajadorxs en lucha.
"Luchar" estaría integrando dos de sus abanderados en la mesa directiva de la FECH, relegando a la derecha a quedar sin representante y el quinto cupo sería para Roxana Valdebenito, de los primerizos “Vamos Construyendo”. La “Jota” y sus alianzas concertacionistas mantendrían la secretaría general que obtuvo Rebeca Gaete, confirmando el estancamiento de estos sectores en la disputa universitaria.
Lo de Sepúlveda es bastante icónico, tras presentarse como candidata feminista y libertaria y, marcando un nuevo hito de presencia femenina en cargos o vocerías del movimiento social y popular y un antecedente político a tener en cuenta, ya que estas elecciones se realizan a pocos días de los comicios generales donde el país elegirá a sus representantes por los próximos cuatro años, en un escenario marcado por el triunfo casi al trote de Bachelet, ante una derecha desfondada y una izquierda en rearme.
Una Fech (y una mujer) en oposición a Bachelet
“Se hace el diagnóstico de que este será un año fundamental para el movimiento social, porque se le habla en un lenguaje cercano desde que se abre este ciclo de movilizaciones , desde el 2006 en adelante. Hoy se habla de gratuidad, de fortalecer las instituciones educativas públicas, sin embargo, cuando empezamos a leer en detalle el programa de Bachelet, nos damos cuenta de que no hay un traspaso de lógicas de entender la educación como un bien de consumo, bajo la dinámica del aporte individual, contrario a lo que ha venido diciendo el movimiento estudiantil, de que la educación es un derecho social y tiene que estar garantizado para todos. El rol de la Nueva Mayoría será reoxigenar el modelo chileno, descomprimir para seguir adelante”, señala Sepúlveda respecto a su visión del programa de la candidata Bachelet.
“Es un programa ambiguo, donde se habla de gratuidad a seis años plazo, pero donde se perpetúa la lógica del retorno individual, entonces lo que está en discusión ya no es la gratuidad, sino el proyecto educativo, es decir, para qué es la educación y dónde me educo. De eso no se habla, no se habla de una educación transformadora, porque no se quiere tocar el modelo económico, de que en Chile es necesario implementar transformaciones radicales, que cambien las lógicas de competencia de individualismo.
¿Cuáles son los elementos de tu militancia libertaria y feminista que pueden aportar para el actual período?
Yo creo que lo principal tiene que ver con el proyecto, precisamente, es decir, una lectura feminista tiene que incorporar, junto con las variables economicistas, las subjetivas, respecto a qué sujeto queremos formar y de a poco se avanza en la visibilización de que no sólo somos explotados, sino oprimidos por todas las prácticas culturales y materiales de discriminación hacia la mujer, en los sueldos, en las condiciones laborales, en carreras marcadas por género. Todo eso tiene que ser cuestionado para un proyecto emancipador.
¿Y cómo ves el que una mujer como Bachelet sea probablemente electa presidenta del país?
Es que el feminismo no tiene que ver con el género, porque el sistema patriarcal y el capitalismo, afecta tanto a hombres como mujeres y a su vez, la figura de Michelle Bachelet, con esta figura maternal, se utiliza como una estrategia para generar una cercanía y arraigo popular. Aún cuando una mujer ha podido llegar a ser presidenta, o las mujeres tienen acceso a la educación o a poder votar, no existe una participación real de la política, ni del espacio social, sino que sigue relegada al ámbito privado y no existen condiciones de igualdad.
Luchar con un pie en la calle y otro en la U
Para “Luchar” y Sepúlveda resulta necesario que para destrabar estas lógicas mercantiles y obtener avances más allá de las lógicas que impulsaría Bachelet, deben unirse con otros sectores sociales que han levantado la lucha y la acción directa como mecanismo validado para obtener sus demandas, dejando entrever una desconfianza latente respecto a los caminos parlamentarios en que se entrampó la demanda estudiantil o los cambios políticos.
En ese sentido, su candidatura fue suscrita por algunos sectores sindicalistas, con los que la coordinadora ha establecido trabajos durante los últimos años, apoyándose mutuamente en las luchas que levantan y cuya primera intentona de movilización conjunta y autónoma, fue el paro del 26 de junio pasado.
Junto al Frente de Estudiantes Libertarios, FEL, en que milita Melissa Sepúlveda, la coordinadora está integrada por la Unión Nacional Estudiantil, UNE, Izquierda comunista y el colectivo Raíz..
Además, la candidata que lidera las elecciones este primer día, no comparte la alternativa de disputa parlamentaria que han emprendido algunos ex dirigentes estudiantiles o proyectos políticos de izquierda extraparlamentaria, pero los entiende y respeta. Esto, basado en la dificultad que ve de romper, por esta vía institucional, las trabas del sistema binominal y del modelo en su conjunto.
Lo de Sepúlveda es bastante icónico, tras presentarse como candidata feminista y libertaria y, marcando un nuevo hito de presencia femenina en cargos o vocerías del movimiento social y popular y un antecedente político a tener en cuenta, ya que estas elecciones se realizan a pocos días de los comicios generales donde el país elegirá a sus representantes por los próximos cuatro años, en un escenario marcado por el triunfo casi al trote de Bachelet, ante una derecha desfondada y una izquierda en rearme.
Una Fech (y una mujer) en oposición a Bachelet
“Se hace el diagnóstico de que este será un año fundamental para el movimiento social, porque se le habla en un lenguaje cercano desde que se abre este ciclo de movilizaciones , desde el 2006 en adelante. Hoy se habla de gratuidad, de fortalecer las instituciones educativas públicas, sin embargo, cuando empezamos a leer en detalle el programa de Bachelet, nos damos cuenta de que no hay un traspaso de lógicas de entender la educación como un bien de consumo, bajo la dinámica del aporte individual, contrario a lo que ha venido diciendo el movimiento estudiantil, de que la educación es un derecho social y tiene que estar garantizado para todos. El rol de la Nueva Mayoría será reoxigenar el modelo chileno, descomprimir para seguir adelante”, señala Sepúlveda respecto a su visión del programa de la candidata Bachelet.
“Es un programa ambiguo, donde se habla de gratuidad a seis años plazo, pero donde se perpetúa la lógica del retorno individual, entonces lo que está en discusión ya no es la gratuidad, sino el proyecto educativo, es decir, para qué es la educación y dónde me educo. De eso no se habla, no se habla de una educación transformadora, porque no se quiere tocar el modelo económico, de que en Chile es necesario implementar transformaciones radicales, que cambien las lógicas de competencia de individualismo.
¿Cuáles son los elementos de tu militancia libertaria y feminista que pueden aportar para el actual período?
Yo creo que lo principal tiene que ver con el proyecto, precisamente, es decir, una lectura feminista tiene que incorporar, junto con las variables economicistas, las subjetivas, respecto a qué sujeto queremos formar y de a poco se avanza en la visibilización de que no sólo somos explotados, sino oprimidos por todas las prácticas culturales y materiales de discriminación hacia la mujer, en los sueldos, en las condiciones laborales, en carreras marcadas por género. Todo eso tiene que ser cuestionado para un proyecto emancipador.
¿Y cómo ves el que una mujer como Bachelet sea probablemente electa presidenta del país?
Es que el feminismo no tiene que ver con el género, porque el sistema patriarcal y el capitalismo, afecta tanto a hombres como mujeres y a su vez, la figura de Michelle Bachelet, con esta figura maternal, se utiliza como una estrategia para generar una cercanía y arraigo popular. Aún cuando una mujer ha podido llegar a ser presidenta, o las mujeres tienen acceso a la educación o a poder votar, no existe una participación real de la política, ni del espacio social, sino que sigue relegada al ámbito privado y no existen condiciones de igualdad.
Luchar con un pie en la calle y otro en la U
Para “Luchar” y Sepúlveda resulta necesario que para destrabar estas lógicas mercantiles y obtener avances más allá de las lógicas que impulsaría Bachelet, deben unirse con otros sectores sociales que han levantado la lucha y la acción directa como mecanismo validado para obtener sus demandas, dejando entrever una desconfianza latente respecto a los caminos parlamentarios en que se entrampó la demanda estudiantil o los cambios políticos.
En ese sentido, su candidatura fue suscrita por algunos sectores sindicalistas, con los que la coordinadora ha establecido trabajos durante los últimos años, apoyándose mutuamente en las luchas que levantan y cuya primera intentona de movilización conjunta y autónoma, fue el paro del 26 de junio pasado.
Junto al Frente de Estudiantes Libertarios, FEL, en que milita Melissa Sepúlveda, la coordinadora está integrada por la Unión Nacional Estudiantil, UNE, Izquierda comunista y el colectivo Raíz..
Además, la candidata que lidera las elecciones este primer día, no comparte la alternativa de disputa parlamentaria que han emprendido algunos ex dirigentes estudiantiles o proyectos políticos de izquierda extraparlamentaria, pero los entiende y respeta. Esto, basado en la dificultad que ve de romper, por esta vía institucional, las trabas del sistema binominal y del modelo en su conjunto.
Los resultados de la elección se darán a conocer en horas de la noche, en la sede de la Fech y de continuar la tendencia del primer día, Bachelet enfrentará una Federación -y un movimiento estudiantil en general- no domesticado y en abierta oposición, que ya han anunciado un 2014 en que piensan profundizar la movilización social y ampliarla a otros aspectos como la renacionalización del cobre y de los recursos naturales.
0 comentarios:
Publicar un comentario