Camila Vallejo representará al Partido Comunista en el Parlamento chileno la próxima legislatura, convertida, a sus 25 años, en la diputada más joven. Como el resto de sus compatriotas, aguarda expectante el resultado de la segunda ronda de las elecciones presidenciales que hoy se celebran en Chile. Todos los sondeos coinciden en que ganará Michelle Bachelet, candidata de la Nueva Mayoría, coalición a la que pertenece, por primera vez, el partido de Vallejo. La ex presidenta ha recurrido precisamente a esta joven política a lo largo de la campaña para luchar contra el fantasma del absentismo juvenil en las urnas. Y seguirá contando con ella, en el Gobierno, para llevar a cabo profundas reformas educativas y tributarias.
La flamante diputada por la comuna de La Florida -muy crítica con Bachelet durante su etapa al frente de la Federación de Estudiantes Chilenos-, mediará en el nuevo proceso constituyente y será piedra angular del programa de la Nueva Mayoría. “Se avecinan cambios importantes“, asegura Vallejo a EL MUNDO. “Nada que ver con lo que habría hecho nunca la derecha o la Nueva Mayoría sin nuestra participación”.
Una adhesión criticada en algunos sectores
Sorprendió y hasta molestó a la izquierda más radical chilena la adhesión de Vallejo a la coalición de Bachelet. “No es la primera vez que el Partido Comunista apuesta por las alianzas para avanzar en los cambios democráticos”, se defiende. “Así ocurrió durante los gobiernos de Pedro Aguirre Cerda, Gabriel González Videla y Salvador Allende. En ese sentido, no participamos del proyecto de Bachelet, sino en un programa conjunto en el que nos vemos reflejados como partido”. Para la joven geógrafa, destacada por la agencia internacional de noticias AFP como uno de los 10 personajes del año, uno de los valores de la Nueva Mayoría es su renovación. “Las dirigencias de los partidos que han venido conformando la Concertación han perdido toda credibilidad. Y ha sido así porque en sus 20 años de gobierno, más que cambiar el modelo heredado de la dictadura, se han dedicado a perpetrarlo y a hacer la vista gorda”.
Asegura Vallejo, que acaba de ser madre de una niña, que está muy mentalizada sobre los sinsabores que le deparará ocupar un escaño y asegura que no durará en salir a la calle si fuera necesario. “La lucha de los jóvenes por la educación, la segunda más cara del mundo, no ha de batirse sólo en las calles a través de organizaciones sociales. Ha de llegar al Parlamento, que hasta ahora ha actuado como muro de contención. Si logramos combinar las demandas del movimiento social con la agenda legislativa, las transformaciones no serán sólo una consigna sino un hecho“.
Para la ex presidenta de la FECh, Bachelet no consiguió la mayoría absoluta en la primera vuelta electoral por dos razones: “La dispersión del voto y el alto índice de abstención, que no se debió tanto a la incapacidad de los candidatos para movilizar a la ciudadanía como a un problema estructural de nuestro país. Es normal que una sociedad como la nuestra, nacida de una dictadura militar y basada en el miedo a la política, haya terminado por caer en la indiferencia. La gente tiene la sensación de que su voto no va a cambiar nada porque de la dictadura nos quedan los fantasmas pero también una Constitución que establece unas reglas del juego tramposas“.
Proceso constituyente en marcha
Si todo sale según lo que vaticinan los sondeos y Bachelet vuelve a La Moneda, la coalición iniciará una reforma constitucional participativa, democrática e institucional. No está claro todavía si optará por convocar una Asamblea Constituyente o realizará cambios en el Parlamento para luego celebrar un referéndum. “En el Partido Comunista creemos que el mejor mecanismo para superar la herencia pinochetista es, sin duda, el de la Asamblea Constituyente. Cualquiera reforma que se hiciera desde el Parlamento sería mero maquillaje”.
Chile es una de las economías más pujantes de Latinoamérica, pero también uno de los países con mayor índice de desigualdad del mundo. “Nos hemos jactado de ser el jaguar de Latinoamérica, un modelo a seguir por las cifras en materia de crecimiento macroeconómico. Pero no tenemos nada de ejemplar, más bien al contrario, pues la riqueza la siguen acumulando unos pocos. Esto se debe al descarnado modelo neoliberal que se importó desde Estados Unidos con los famosos chicago boys. Cuarenta años después del golpe militar, muchos chilenos viven endeudados por su salud y por su educación. Tenemos una enfermedad, la enfermedad del neoliberalismo, y es hora de empezar a curarnos“.
ELMUNDO.ES
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