Científicos rusos solicitan que se imponga una moratoria a los organismos genéticamente modificados (OGM) durante 10 años, tiempo durante el que pretenden estudiar su impacto sobre la salud humana.
“Es preciso prohibir los OGM en el país e imponer una moratoria de 10 años. Durante este tiempo, mientras los OGM estén prohibidos, se pueden planear experimentos, pruebas, y pueden introducirse nuevos métodos de investigación”, dijo en una entrevista a la agencia rusa Interfax, Irina Ermakova, vicepresidenta de la Asociación nacional de seguridad genética.
Según ella, aún no se han realizado estudios suficientes sobre el impacto de los OGM en la salud humana para permitir una amplia introducción de los alimentos modificados genéticamente en el mercado.
“El consumo y el uso de OMG obtenidos de esa manera puede provocar tumores, cáncer y obesidad entre los animales”, dijo Ermakova, que agregó que los médicos han registrado un aumento de diabetes y de cáncer en las regiones donde los residentes han consumido mayor cantidades de alimentos que contienen OGM.
En septiembre Rusia aprobó el Reglamento para el Registro Estatal de los OMG y los productos que contienen OGM, ley que impone un registro obligatorio de todos los productos que contienen componentes transgénicos.
También en septiembre las autoridades rusas suspendieron temporalmente la importación y la venta de maíz genéticamente modificado de Monsanto, después de que un estudio francés sugiriera que podría provocar cáncer. Según la actual legislación rusa el cultivo de los transgénicos está prohibido en el territorio de Rusia, aunque no se prohíbe el uso de los OMG en 19 líneas de alimentación.
Según una encuesta del centro Levada llevada a cabo en 2012, el 58% de los encuestados estaba en contra de los OGM, otro 25% confesó mantener una actitud “más bien negativa” hacia los transgénicos. Mientras en una encuesta similar llevada a cabo 2003, solo el 30% sabían qué eran los transgénicos, en 2011 esa cifra era ya del 70%.
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