Los vecinos de la ciudad española de Burgos han vuelto a concentrarse en la calle Vitoria para impedir que entren las máquinas y el personal de las constructoras y evitar así que la transforman en un bulevar, lo que eliminaría plazas de aparcamiento.
Se trata del quinto día consecutivo de protestas. Tras la movilización del lunes, en la que participaron unas 5.000 personas, según la asamblea de vecinos, se repitieron los incidentes que en los últimos días se han saldado con 40 detenidos y varios heridos. Dos de los detenidos han ingresado en prisión esta mañana por orden del Juzgado de Instrucción número 3 de Burgos.
Policías antidisturbios y manifestantes protagonizaron carreras por la zona después de que algunos de los participantes en la protesta arrojaran piedras contra los agentes.
Algunos de los manifestantes más radicales quemaron una caseta de obras de la empresa adjudicataria de los trabajos de construcción del aparcamiento subterráneo que forma parte del bulevar que se proyecta y varios contenedores. Además, volvieron a golpear las lunas, ya rotas en días anteriores, de varias sucursales y entidades bancarias situadas en ese tramo de la calle Vitoria.
Los vecinos se oponen a que se transforme en bulevar un tramo de unos 800 metros de la calle Vitoria de la capital burgalesa, una de las arterias principales de Burgos, que une el barrio de Gamonal con el centro de la ciudad, en lo que antes era parte de la carretera N-I y hoy es un tramo urbano. Las marchas se desarrollan bajo el lema “El pueblo unido jamás será vencido” y “La calle es de Burgos y no Burgos de Lacalle” (en referencia al alcalde de la ciudad).
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