miércoles, 19 de febrero de 2014

Como reducir los campos electromagnéticos en el hogar

Conocer la naturaleza de las radiaciones que nos rodean y su funcionamiento nos ayudará a protegernos mejor de sus efectos nocivos. Esto es especialmente importante en espacios donde viven personas que pueden ser más vulnerables, como niños, mujeres embarazadas, personas mayores, o pacientes con algún tipo de enfermedad.
Hay estudios que sugieren una relación entre una exposición continua a campos magnéticos y las altas tasas de leucemia en los niños. Esta sospecha se ve confirmada por las Directrices de Bonn (Wissenschaftsladen Bonn), que trata desde hace años con el problema de la radiación.  La Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA), la Oficina Federal de Protección contra la Radiación (BfS) y las iniciativas de la Federación de Consumidores hacen un llamamiento a la contención de la radiación.
Especialmente los niños y el dormitorio deben estar libres de campos eléctricos.  Los problemas de sueño o concentración a menudo puede ser la presencia de la contaminación electromagnética.
La onda electromagnética es la contaminación producida por los campos electromagnéticos, tanto de alta como de baja frecuencia, son campos generados artificialmente por las instalaciones eléctricas, (por cualquier electrodoméstico o aparato que esté conectado a la red alterna de distribución, incluso cuando están apagados) y por la transmición inalámbrica de datos (móviles, antenas emisoras, teléfonos inalámbricos, wifi, W-lan, etc)
Conocer la naturaleza de las radiaciones que nos rodean y su funcionamiento nos ayudará a protegernos mejor de sus efectos nocivos. Esto es especialmente importante en espacios donde viven personas que pueden ser más vulnerables, como niños, mujeres embarazadas, personas mayores, o pacientes con algún tipo de enfermedad.
Para mejorar nuestro bienestar y aumentar nuestra calidad de vida, basta con tener en cuenta varios consejos básicos referentes a la calidad de nuestro entorno, tanto en el hogar como en la oficina.
Descanso.  No coloques en tu mesilla de noche aparatos eléctricos, como radio-despertadores, lámparas halógenas con transformador o teléfonos inalámbricos. No pongas el móvil a cargar al lado de tu cama. Evita los colchones de muelles y los somieres con piezas ferromagnéticas.
Móviles.  No transportes el móvil en el bolsillo y, cuando hables, hazlo con el manos libres o con auriculares de tubo de aire. Alejándolo de tu cuerpo estás protegiéndote de sus radiaciones. Conecta el Bluetooth o el WiFi sólo cuando lo necesites. Procura que los niños no utilicen los móviles.
Electrodomésticos.  La lavadora, microondas, horno, caldera, cocinas de inducción o vitrocerámica no deben estar en la pared contigua a la cabecera de tu cama. Aun estando apagados, emiten radiaciones que traspasan la pared.
Instalación eléctrica. Comprueba que el cableado no emite más radiaciones de lo estrictamente necesario y que las tomas de tierra funcionan bien.
Tecnologías inalámbricas.  Las tecnologías sin cables, como los teléfonos inalámbricos DECT o los routers WiFi, saturan nuestro entorno de radiaciones de altas frecuencias.  Elige preferiblemente tecnologías con cable, y recurre a las tecnologías inalámbricas sólo si es inevitable, siempre colocando las fuentes de las radiaciones lejos de los lugares de alta permanencia.
Gas radón.  Cuando decores tu casa, vigila el uso de algunos materiales que pueden ser fuente de gas radón: es radiactivo y una de las mayores causas de cáncer de pulmón.  Si el inmueble está construido sobre suelos graníticos o cuenta con materiales de riesgo como algunos tipos de basaltos, granitos o cerámicas, asegúrate de que hay una buena ventilación.
Antenas y cables.  Antes de adquirir una nueva vivienda u oficina, vigila que no haya cerca antenas de telecomunicaciones o de teléfonos móviles, líneas de alta tensión, tendido eléctrico o transformadores urbanos.
Ventilación y materiales.  Evita el uso excesivo de materiales sintéticos en moquetas, barnices o mobiliario.  Mantén una humedad relativa superior al 50% y ventila con frecuencia.  Humidificadores e ionizadores pueden contribuir a mejorar la calidad del ambiente.


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