Aquí y allá, por todos lados, en su país o Venezuela, hay elementos anti-sociales metidos en la delincuencia política. Son una suerte de parásitos históricamente alimentados por la clase política para emplearlos en beneficio de causas criminales.
Se tiene que ser buen observador para percibir a estos delincuentes políticos y como sus guarimbas (caos y violencia callejera), obedecen a desestabilizadores planes dictados desde el extranjero. Excelentes alumnos de los discursos golpistas, arrebatos fascistas, y envalentonamientos made in USA, exponen poses guerreristas, siendo parte habituales de esos degeneres violentos que los caracterizan, suficiente demostrativos que sus aprendices delincuenciales provienen de la mano criminal de la CIA.
Por cierto, en una ocasión se le preguntó al líder de la revolución Bolivariana, Hugo Chávez. ¿Si era cierto que en Venezuela había presos políticos? Su repuesta fue como de costumbre, directa y sincera. “En Venezuela no hay presos políticos, lo que si hay son políticos presos”. Se refería a estos delincuentes posesionados al margen del orden, pretendiendo hacerse pasar como políticos, arropándose de una impunidad e inmunidad que no tienen, pero concedida por Washington a pesar de violar el orden constitucional, desconociendo y burlándose de la ley. (Los hemos vistos, ahí están las pruebas de sus fechorías, operando a diario, por las cadenas de televisión en vivo y a todo color, disparando, atacando, bloqueando, quemando y destruyendo todo en las calles de Caracas y otras ciudades).
Contribuyendo un poco a esas afirmaciones del recordado presidente venezolano, está legalmente justificada la aplicación de la ley en contra de la violencia y el caos, llevada a cabo por la amenazadora delincuencia política de la derecha criolla, decidida según estas mafias politiqueras, “a deponer del poder al presidente constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro”.
Es la misma delincuencia política que ya conocemos en Latinoamérica, la compuesta por esbirros, “chulos políticos” y “Miami Boys”, que de manera generalizada intenta desestabilizar, arrebatar y usurparles el poder a los presidentes de gobiernos progresistas de la región. (Es la reacia vieja estratagema de la CIA), y conste en ocasiones puede dar nefastos resultados, recordemos que ya en varias ocasiones ejecutaron escandalosos golpes anti-democráticos. Muchos de los cuales nuestros pueblos han lamentados, como el cobarde Golpe de Estado contra el recordado presidente de Chile, Salvador Allende, los fallidos atentados y golpes de Estado contra los revolucionarios mandatarios, Hugo Chávez, Rafael Correa, Evo Morales, y no hace mucho tiempo el nefasto e imperdonable golpe de Estado contra el mandatario de la hermana República Honduras, Manuel Zelaya).
De algo estamos convencido los patriotas del continente, es que ningún gobierno llámese democrático o defensor del Estado de derecho, puede quedarse con los brazos cruzados, contemplando como la delincuencia política apadrinada por Estados Unidos, desbarata el orden democrático. Ya es hora de dar una lección contundente para terminar con esos violentos arrebatos de la derecha, y al mismo tiempo sirva, para que esos vagos y delincuentes políticos, no se les ocurra seguir atentando en contra de los gobiernos de América Latina. Es del conocimiento de la opinión pública que varias de estas bien estructuradas bandas conformadas por inescrupulosos políticos de la extrema derecha, opera hasta con ciertas puertas abiertas de gobiernos y embajadas pro yanquis, en algunos países de la región. (El actual entreguismo del gobierno de Panamá, pidiendo la intervención de Estados Unidos y la OEA, en los asuntos internos de Venezuela, es un ejemplo fehaciente).
A casi un mes del inicio de las acciones políticas delincuenciales de los guarimberos de Capriles y López, llamadas por CNN “supuestas protestas de dirigentes opositores y estudiantes”, en Venezuela aún no hay tranquilidad y continúan generando violencia. Las criminales actividades continúan día a día y el gobierno de Nicolás Maduro intensifica las repuestas con el uso proporcionado de las fuerzas del orden, en contra los violentos derechistas fascistas. Ante este montado plan mediático de “clima de crisis”, el ex candidato perdedor Henrique Capriles Radonsky, debe ser también requerido por la justicia. Quieren hacernos creer que en Venezuela, los delincuentes políticos son los “buenos y mejores”, los medios de la derecha subliminalmente nos sugieren que estos crápulas y escorias de la sociedad nos gobiernen.
Si el presidente Nicolás Maduro les deja hacer a su antojo todo lo que les plazca, si pisotean al pueblo venezolano, y no defiende al que trabaja por su familia, por construir un proyecto y contribuir con una sociedad, estará ignorado a miles y millones de compatriotas venezolanos y latinoamericanos, convertidos en un rastrojo prescindible para la maquinaria capitalista yanqui, europea y mundial, que sueña con volverse a instalar para robarse el petróleo en la tierra de Bolívar y de Chávez, con ayuda de estos apátridas delincuentes políticos de la llamada derecha venezolana.
Víctor Boitano Coleman/Coronel Retirado/Abogado/Autor del Libro “Dólares, Políticos y Elecciones” /Managua, Nicaragua/06/03/2014/.
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