NOEL MANZANARES BLANCO – Es noticia que Estados Unidos de América acaba de canjear a su último militar reo en Afganistán por cinco talibanes presos en la ilegal base de Guantánamo, una señal para Washington ante propuesta de La Habana
Ahora circula un reporte de EFE notificando que los talibanes liberaron al único prisionero de guerra estadounidense que mantenían cautivo en Afganistán, el sargento Bowe Bergdahl, a cambio de la transferencia a Catar de cinco reclusos afganos presos en la ilegal base de Guantánamo, en el extremo oriental de Cuba.
La agencia española agrega que el presidente Barack Obama expuso en un comunicado la operación de canje, que se rumoreaba desde Febrero y que se completó con la asistencia del Gobierno de ese país situado en el golfo Pérsico que accedió a acoger al menos durante un año a los cinco presos talibanes.
La fuente acredita que el principal inquilino de la Casa Blanco manifestó que “Estados Unidos nunca deja atrás a nuestros hombres y mujeres en uniforme” y que los padres del ex reo, Bob y Jani Bergdahl, expresaron en un comunicado la “alegría y el alivio” que sintieron cuando Obama les telefoneó para comunicarles la noticia sobre su “único hijo”.
También, que el acontecimiento, situado entre elogios y reproches, forma parte de un esfuerzo más amplio de reconciliación con la comisión política de los talibanes, algo que Washington persigue hace años para garantizar el éxito de la posguerra en Afganistán.
Después de analizar esta información, a mi mente vino de inmediato lo que compartí con mis lectores/as un par de años atrás en Los Cinco y Alan Gross, ocasión en la que expresé que Cuba está dispuesta a encontrar una salida humanitaria a la situación de ese señor, un norteamericano que realizó actividades contra el Gobierno de La Habana en función de la Casa Blanca.
Asimismo, interrogué y exclamé: “¿Exhibe Washington la misma posición con los antiterroristas que evitaron actos criminales en la Isla, los propios Estados Unidos y otros países? ¡Ojalá que el sentido común se imponga en ambos casos, en bien de las familias y pueblos ubicados a ambos lados del Estrecho de la Florida!”.
En este minuto, cuando se conoce la relación de ZunZuneo y Alan Gross —otra prueba de subversión—; cuando está en entredicho la efectividad y pretexto del Bloqueo yanqui contra el pueblo cubano; cuando acaba de terminar con buenos augurios la visita del Presidente de la Cámara de Comercio de EEUU al Caimán Verde” —dijo: “Es hora de iniciar un nuevo capítulo en las relaciones EEUU-Cuba: el momento de empezar es ahora”—; podemos/debemos preguntarnos:
¿Qué impide interrumpir el sufrimiento de tres de Los Cinco, Alan Gross y sus familiares, si la Administración gringa concretó el canje de un prisionero de guerra suyo ni más ni menso que por cinco talibanes? ¿Por qué el señor Obama “deja atrás” a este coterráneo suyo e impide que la esposa y madre puedan también sentir “alegría y el alivio”, junto con Antonio Guerrero, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y los seres más íntimos de estos tres Héroes Antiterroristas?
Considero, pues, que el referido canje deviene una buena señal para que Washington abandone su lamentable retórica y responda positivamente ante La Habana a esas preguntas, atendiendo a la voluntad manifestada por el Gobierno deCuba al respecto. ¡Amén!
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