La Habana (PL) El drama humano en que se ha convertido el arribo de miles de niños indocumentados solos a Estados Unidos despierta preocupación en políticos y medios de prensa, mientras que la prometida reforma migratoria sigue siendo una promesa esquiva.
En las últimas semanas, las cifras pusieron en evidencia un fenómeno que viene gestándose desde hace meses: de acuerdo con datos de la Patrulla Fronteriza unos 47 mil infantes han cruzado la frontera sur del país, sobre todo provenientes de México y Centroamérica.
Pero antes de finalizar el año fiscal, en septiembre próximo, cerca de 90 mil menores habrán de repetir la peligrosa acción, según estimados oficiales.
Senadores estadounidenses se muestran preocupados por el creciente flujo de niños indocumentados que llegan solos al país, situación calificada por los medios y la administración del presidente Barack Obama como una crisis humanitaria urgente.
Este es el inicio de una epidemia y a menos que la seguridad sea restaurada en los países de donde provienen esos menores y la pobreza sea aliviada, veo que esto continuará, porque no hay esperanza para estos niños, sostuvo la senadora demócrata Diane Feinstein durante una audiencia en el Congreso.
Sin embargo, el senador republicano por Arizona Jeff Flake desestimó que la inseguridad en los países centroamericanos sea la causa principal de las oleadas de niños solos.
En su opinión, tal fenómeno obedece a la supuesta relajación de las misiones de la Patrulla Fronteriza en materia de detenciones y deportaciones.
En este sentido, arguyó que el aumento de la llegada de menores se registró luego que el mandatario instruyó al secretario de Seguridad Interna, Jeh Johnson, a revisar la política de deportaciones.
La cadena Fox News informó que obtuvo un memorando en el cual un alto funcionario del Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras reconoce que la actual política migratoria del Ejecutivo sirve como incentivo para que los indocumentados entren en territorio norteamericano.
Medios de prensa del estado de Arizona reprodujeron igualmente una declaración de la gobernadora de ese territorio, Jan Brewer, quien sostuvo que esta situación fue creada artificialmente por el Gobierno federal.
La Casa Blanca, por su parte, ha desestimado que las orientaciones de Obama para analizar la forma en que se aplican las expulsiones de personas sin documentación oficial constituyan un estímulo para que los padres que llegaron al país de forma ilegal, alienten a sus hijos a reunirse con ellos cruzando las fronteras.
Mientras se suscitan tales debates, miles de niños permanecen hacinados en celdas insalubres de la Policía de Aduanas y Protección Fronteriza, como demostró un reciente recorrido de periodistas por distintas instalaciones aduaneras.
Durante el periplo que ofrecieron autoridades por una estación de la Patrulla Fronteriza en Brownsville, Texas, se comprobó que los menores apresados tras entrar de forma ilegal al país, son ubicados en celdas malolientes hasta transferirlos a refugios, mostró el diario Daily Mail.
La mayoría de los adolescentes y niños en el local están en celdas de concreto y duermen en el piso, precisó.
Los capturados son procesados en Brownsville y Nogales, Arizona, antes de ser transferidos a refugios con el objetivo de reunirlos con algún familiar en Estados Unidos.
El Departamento de Defensa dispuso tres instalaciones militares en Oklahoma, Texas y California para alojar a los infantes y adolescentes.
Días atrás, el Comité de Trabajo, Salud y Servicios Humanos del Senado aprobó un proyecto de ley que dispone mil 940 millones de dólares para atender estos casos.
La ley que deberá someterse a la aprobación de ambas cámaras del Congreso, establece que el Departamento de Salud y Servicios Sociales asumirá la responsabilidad de alimentar y cuidar a los menores en un plazo máximo de 72 horas, después de haber sido detenidos por agentes de la Patrulla Fronteriza.
No obstante, el gobierno reconoce dificultades para cumplir el plazo establecido.
Las imágenes de infantes hacinados en refugios temporales en la frontera sur han reanimado el debate sobre la violencia y la pobreza en Centroamérica, donde la proliferación de carteles de la droga, pandillas y otros grupos del crimen organizado los obligan al éxodo.
Asimismo, el suceso potencia las críticas hacia la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, negada a avanzar en la discusión de modificaciones a las leyes de inmigración y naturalización.
Los del llamado partido rojo siguen reacios a analizar una iniciativa bipartidista aprobada hace un año en el Senado, donde se avanza en la regularización del estatus migratoria de más de 11 millones de indocumentados que según distintos cálculos, viven de manera clandestina en esta nación.
A juicio de los conservadores, entregarles la ciudadanía a dichas personas equivaldría a una amnistía para quienes, indican, violaron las leyes.
Un estudio de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA), expuso que una reforma migratoria integral que establezca reglas claras para obtener la ciudadanía y que aborde los programas de trabajo agrícola, visas de inmigrante y de trabajo, y flujos migratorios futuros, puede ser la solución a la crisis.
Tal fenómeno no se solucionará con más medidas punitivas y de seguridad de Washington en el límite con México, advirtieron los autores.
La idea de colocar barreras, patrullas, soldados y tecnología podría hacer más daño que bien, mientras que estas acciones promovidas por los republicanos más conservadores pueden incrementar los abusos y desatar más violencia, sin reducir en términos reales el flujo de emigrantes o de tráfico, alertó WOLA.
La entidad advirtió que la pasmosa frecuencia con que ocurren secuestros, extorsiones, trata de personas, violaciones y homicidios coloca las penurias sufridas por los migrantes centroamericanos en tránsito hacia México en el primer lugar entre las peores emergencias humanitarias del Hemisferio Occidental.
El estudio de WOLA será puesto a la consideración de los legisladores estadounidenses y mexicanos para que estos analicen sus resultados y aborden posibles soluciones, anunciaron voceros de esa organización.
Por lo pronto, congresistas hispanos se reunieron hace pocos días con representantes de varias embajadas latinoamericanas en Washington, para buscar posibles soluciones a las oleadas de menores indocumentados.
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