Son abuelas, madres y familiares de los migrantes que hace 14 años, unidas por el dolor y la angustia, conformaron en esta ciudad del norte de Honduras un comité destinado a la búsqueda de sus parientes desaparecidos en la ruta migratoria hacia Estados Unidos.
“Cada vez que oía La Bestia (el tren mexicano de carga que usan los migrantes), me daba escalofríos porque allí descubrí lo peligroso de la ruta del migrante, para ellos los rieles del tren son su almohada, duermen en las vías y cuando están en el lomo (techo de los vagones) del tren, esperan que arranque, pero unos se duermen del cansancio y caen cuando lo hace”: Marcia Martínez.
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