domingo, 28 de septiembre de 2014

Obama reconoce amplia discriminación racial en EEUU

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lamentó este sábado que la desconfianza generalizada hacia la policía molestara no sólo a las minorías raciales sino a toda la nación y reconoció la gran discriminación racial en el sistema de justicia del país.
Se trata de la primera declaración oficial del mandatario norteamericano, tras la muerte a tiros de Michael Brown, un joven afroamericano asesinado el pasado 9 de agosto por un agente blanco en la ciudad de Ferguson, estado de Misuri (centro-este).
El crimen causó semanas de manifestaciones que desembocaron en disturbios y enfrentamientos entre agentes e indignados afroamericanos, que se sienten asfixiados por la enorme discriminación racial en EEUU.
El inquilino de la Casa Blanca, que hablaba durante una comida anual de premiación de la Fundación de Legisladores Negros, admitió que existen considerables disparidades raciales en la administración de justicia, desde las sentencias por narcotráfico hasta la imposición de las penas de muerte.
Explicó que la mayoría de la población norteamericana considera que la justicia trata de manera desigual a las personas dependiendo de la raza.
De acuerdo con Obama, este tipo de pensamientos afecta, sobre todo a la misma población de raza, que más que todo necesita ser protegida por los agentes de seguridad y “Hace que las personas víctimas de delitos que necesitan una buena policía sean renuentes a acudir a las fuerzas del orden porque no confían en ellas”.
“Demasiados jóvenes de color sienten que son blanco específico de la policía, culpables de caminar, de manejar, porque son negros, juzgados por estereotipos que atizan el temor, el resentimiento y la desesperanza”, dijo Obama.
Para acabar con las movilizaciones por el asesinato de Brown, Washington ha utilizado la mano dura, hecho que ha dejado a decenas de personas heridas o detenidas.
Después de ello se han levantado polémicas por la militarización de las fuerzas del orden, así como su violenta actitud a la hora de enfrentarse con los manifestantes.
La muerte del joven, que tenía 18 años e iba a comenzar la universidad, ha sacudido una localidad de 21.000 habitantes cercana a Saint Louis, que en cuatro décadas ha visto cómo la otrora minoría afroamericana ha pasado a representar dos tercios de los residentes, mientras que los blancos continúan copando los puestos de decisión política y siendo mayoría en la policía.
HispanTV

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