Un reciente estudio psicológico realizado en simios y humanos, arroja resultados demoledores sobre la personalidad y el criterio propio de los miembros de ambas especies.
Si hacemos caso de los resultados obtenidos, parece que los simios tienen más personalidad y criterio propio que los seres humanos.Según un nuevo estudio publicado en la revista Psychological Science, el deseo de encajar y ajustarse a las normas de la sociedad es un rasgo exclusivamente humano que comienza a edad muy temprana.En el estudio, los investigadores descubrieron que los niños de tan sólo 2 años de edad tendían a aceptar e imitar las decisiones de los compañeros que les rodeaban por encima de los propios juicios o el propio instinto, mientras que los chimpancés y los orangutanes hacían exactamente lo contrario.“La conformidad es una característica muy básica de la sociabilidad humana”, afirma Daniel Haun, científico psicológico en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva y autor principal del estudio. “Sirve para conservar los grupos, ayuda a que los grupos se coordinen y estabiliza la diversidad cultural, una de las características distintivas de la especie humana”Para el estudio, Haun y sus colegas examinaron las respuestas de 18 niños, todos de 2 años de edad, 12 chimpancés y 12 orangutanes, a los que se recompensaba al realizar determinadas tareas.Cada uno de ellos recibió una caja que disponía de tres secciones separadas, cada una con un agujero en la parte superior. Se introducía una bola, que podía caer en cualquiera de las tres secciones; pero sólo una de las opciones daba recompensa.Si la bola caía en el agujero correcto, los monos recibían cacahuetes y los niños chocolate.Los investigadores dieron a los participantes tiempo para jugar con su caja y entrenarse, con el fin de que fueran descubriendo qué agujero produciría la recompensa.Después, tres compañeros que habían sido entrenados aparte para que eligieran siempre una determinada sección de la caja, que era diferente de la preferida por los diferentes participantes, introducían una bola en la caja, mientras los niños o los simios los observaban.Luego, los participantes tenían que elegir en qué agujero introducían la bola.Curiosamente, mientras los niños renunciaban a sus planes originales y procedían a imitar las decisiones de sus compañeros, los simios hacían caso omiso a la presión de sus compañeros y mantenían su elección original, aquella que ellos sabían que ofrecía una gratificación.Por lo tanto, los niños humanos eran más propensos a ajustar su comportamiento al de la mayoría de sus compañeros, mientras los simios, casi siempre seguían su propio criterio y su plan original.Un estudio anterior sobre la conformidad ofreció resultados similares: los preescolares cedían a la presión social desde temprana edad.Pero Haun cree que la conformidad no tiene siempre connotaciones negativas; de hecho, cree que nos puede ayudar. El hecho es que hay aspectos tanto positivos como negativos en la conformidad y en la no conformidad, pero tal vez lo que acabamos de descubrir es que la conformidad se expresa como resultado de la naturaleza humana, a veces inconscientemente y a partir de muy temprana edad. Algo que por lo visto, parece diferenciarnos de los primates.“Esto no significa que la conformidad sea la mejor opción en todas las circunstancias. La conformidad puede ser buena o mala, útil o inútil, adecuada o inadecuada, tanto para los individuos, como para los grupos en los que viven” afirma Haun.“Pero el hecho es que tendemos a conformamos con mucha frecuencia y que la sociabilidad humana sería muy diferente sin ella. Nuestra investigación muestra que niños de tan sólo dos años de edad se ajustan a los criterios de los demás, mientras que los chimpancés y los orangutanes prefieren seguir con lo que saben”
Comentario del Robot: mucha gente verá en este estudio una demostración del alto nivel de sociabilidad del ser humano y las ventajas que esto comporta. Pero debemos recordar que los simios también son capaces de crear grupos altamente socializados, cuya complejidad es menor a la nuestra debido a su grado de evolución.
¿Conformarse con las decisiones de la mayoria, aunque sean incorrectas es un indicativo de mayor nivel evolutivo?
¿O quizás es indicativo de que los humanos somos cada vez más borregos?
Realmente da que pensar…-
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