Oak Brook/Nueva York/Ciudad de México, 3 de mayo (SinEmbargo/EFE/dpa).– Nuggets de carne podrida en Japón; restos de dientes humanos y trozos de plástico en otros alimentos. Incluso gusanos en una McPollo de Florida. ¿Quién resiste a tantos escándalos? Ni McDonald’s, el imperio de comida chatarra que en algún tiempo representó el “estilo americano de vida”.
Hace una semana, la cadena de comida rápida anunció que sus beneficios netos del primer trimestre de este año alcanzaron los 811.5 millones de dólares, 33 por ciento menos que lo obtenido en el mismo período del año pasado. McDonald’s mismo dijo que entre enero y marzo su beneficio neto por acción fue de 0.84 dólares, mientras que en el primer trimestre del 2014 fue de 1.21 dólares.
El presidente de la compañía, Steve Easterbrook, anunció, casi de inmediato, que el 4 de mayo próximo se darán los detalles iniciales de un “giro radical” para mejorar el desempeño de la firma. Algunos creen que deberá empezar con el menú, que muchos consideran una basura. Otros dicen que el ajuste será simplemente financiero porque la empresa, con una fuerte exposición internacional, ha sufrido los efectos de un alto valor del dólar, muy próximo a la paridad con el euro.
Pero muchos analistas dicen que no se trata de un costo por el intercambio de monedas, sino de un cambio irreversible en los hábitos de consumo que, sumados a una serie de escándalos por la calidad de los alimentos, pone en peligro a la firma. Y dan un ejemplo con los números mismos del último reporte financiero: Los ingresos operativos en la región de África, Asia, Pacífico y Oriente Medio cayeron 80 por ciento, y fundamentalmente por el desempeño negativo en Japón y China, de donde vienen los últimos escándalos.
“McDonald’s ha intentado limpiar una imagen dañada por un escándalo con los nugget de pollo en China; objetos hallados en su comida en Japón, desde dientes humanos a trozos de vinilo; y protestas en torno a los salarios en Estados Unidos. Pero los clientes no tragan. La mayor cadena mundial de comida rápida anunció que las ventas globales cayeron en los tres meses hasta finales de marzo, lo que refleja un ’tráfico negativo de visitas’, explicó la revista españolaExpansión.
“Fue el tercer trimestre consecutivo de caída de las ventas y el quinto de descenso de los beneficios para McDonald’s, cuyas hamburguesas y patatas fritas baratas han perdido atractivo entre los consumidores, sobre todo entre la generación nacida en los años 80 y 90, que buscan alternativas más sanas”, agregó.
Easterbrook, quien asumió el cargo el 1 de marzo, ha anunciado medidas para reactivar la marca Mc Donald’s –como la restricción del uso de antibióticos en sus pollos, la renovación del menú y una campaña de marketing para pagar la comida con “gusto”–. También anunció planes para subir los salarios de los empleados de los restaurantes propiedad de McDonald’s. “Pero sus esfuerzos no han conseguido cambiar la tendencia de los ingresos en su principal mercado, Estados Unidos, donde las ventas comparables descendieron un 2.6 por ciento en el primer trimestre con respecto al mismo periodo del año anterior”, agregóExpansión.
CARNE EN MAL ESTADO
McDonald’s Japón anunció en junio de 1014 que cesó la importación y la venta en sus 3 mil 139 restaurantes en ese país de todos los productos a base de pollo provenientes de China. Las autoridades chinas cerraron la fábrica Husi Food, filial en Shanghai del productor de alimentos estadounidense OSI, acusada de haber vendido carne en mal estado a grandes empresas de comida rápida, entre ellas McDonald’s, KFC o Pizza Hut (grupo Yum). McDonald’s China, por su parte, dejó de utilizar productos de esta empresa, y en varios de sus locales se ofrecen solamente productos a base de pescado.
La investigación sobre el escándalo de la carne podrida llevó a la detención de cinco responsables de la proveedora Husi Food para ser interrogados. Las autoridades entrevistaron a los directivos de 22 empresas que adquirieron los productos en mal estado. “Hemos descubierto actos ilegales de la compañía no perpetrados aisladamente por individuos, sino planeados y organizados”, dijo a la agencia Xinhua el subdirector de la Administración para la Alimentación y las Medicinas de Shanghái, Gu Zhenhua. Este organismo y la Oficina de Seguridad Pública coordinan la investigación sobre el caso.
Y las noticias sobre alimentos poco cuidados circulan por todas partes. Ayer, por ejemplo, en Florida se dio a conocer la queja de un cliente que habría hallado gusanos en un platillo.
Joyce Fedd acudió al servicio de su ciudad con sus dos hijos, hace unos días, en Jacksonville, Florida. Cuando recogió el pedido se lo entregó a los pequeños, que empezaron a comer sin queja alguna. Entonces Joyce le pidió a uno de ellos un mordisco de su McPollo y fue cuando vio atentamente al interior de la carne del sándwich, y notó algo púrpura. Descubrió que el McPollo de McDonalds de su hijo tenía dos gusanos.
La mujer, según relató a la prensa local, regresó y estacionó en el coche para hablar con el encargado del McDonald’s, Jim Van Laere, quien le devolvió el dinero correspondiente a su pedido y le ofreció disculpas. Jim Van explicó a los medios de comunicación que la cadena de comida rápida tiene un estricto protocolo de higiene y de limpieza y que en la cocina del local no había gusanos, sino que al parecer, según una investigación interna posterior, los gusanos ya estaban dentro de la carne de pollo del sándwich y es que la cadena no fabrica ni procesa la carne, sino que en esta zona la compran a un distribuidor independiente.
Pero el daño estaba hecho. El escándalo (y la foto que se anexa) le dio la vuelta al mundo.
60 AÑOS Y CONTANDO
La cadena de restaurantes de comida rápida McDonald’s es un símbolo del “American Way of Life”, pero se trata de un mito que pasa por horas bajas. A sus 60 años se multiplican las acusaciones sobre su contribución al sobrepeso y la explotación laboral, mientras bajan las ganancias de la empresa.
El surgimiento del imperio de las hamburguesas comenzó con un puesto de tentempiés creado por los hermanos Richard “Dick” y Maurice “Mac” McDonald. El negocio impresionó tanto al empresario de batidos Ray Kroc que éste les compró los derechos para comercializar en todo Estados Unidos el concepto de “fast food” o comida rápida, y fue de hecho quien lo hizo famoso en todo el país.
El 15 de abril de 1955, Kroc inauguró en Des Plaines, un barrio de las afueras de Chicago, la primera franquicia de la McDonald’s Corporation. El empresario, que había abandonado la escuela antes de graduarse, creó así las bases para el mayor consorcio mundial de hamburguesas y contribuyó al mito estadounidense del “lavador de platos que llega a millonario”.
Sesenta años después, la compañía cuenta con más de 36,000 restaurantes en 119 países y su facturación anual es de 27 mil millones de dólares. Pese a ello, la empresa enfrenta la que probablemente es la peor crisis de su historia. Por primera vez en más de diez años las ventas globales retrocedieron en 2014. En su principal mercado, Estados Unidos, el líder mundial del concepto está bajo fuerte presión, y tampoco en el resto del mundo las cosas marchan del todo bien.
En Estados Unidos, sus competidores tradicionales como Burger King, Taco Bell o Wendy’s le roban clientes en la parte baja del nivel de precios. Y en la categoría premium están creciendo pequeñas hamburgueserías como Five Guys, Shake Shack o In-N-Out.
En general se está imponiendo una tendencia hacia versiones de comida rápida que se promocionan como más saludables o de agricultura biológica. Después de que el negocio fuera decayendo presentó su renuncia Don Thompson, director ejecutivo de McDonald’s durante menos de tres años. En marzo lo sucedió Steve Easterbrook y ordenó de inmediato repensar el concepto de la empresa para adaptarla al cambio de gustos de los consumidores.
El objetivo es atraer de nuevo a la clientela con nuevas creaciones culinarias -se especula incluso con la introducción de un plato de col rizada, una verdura muy apreciada entre los amantes de la comida sana- y experimentos como el desayuno durante todo el día. Además, Easterbrook tomó medidas para acabar con la mala fama de la cadena: adoptó en Estados Unidos regulaciones más duras respecto del pollo, para evitar que contenga antibióticos que se usen también para la salud humana, y se subió el sueldo a los empleados.
Los críticos afirman sin embargo que se trata de medidas insuficientes, y los empleados quieren seguir protestando por los bajos salarios. Las dificultades no se limitan a Estados Unidos, pues en Asia un escándalo por uso de carne adulterada frena la expansión del restaurante. La empresa está probando en Alemania también un nuevo concepto: el servicio de mesa. McDonald’s se despide así de una de su marcas registradas, las colas para pedir la comida y llevársela uno mismo a la mesa en una bandeja.
No está claro que todas estas novedades acaben funcionando, pero al menos los accionistas pueden estar tranquilos porque McDonald’s cuenta aún con un as en la manga: una fortuna en bienes inmobiliarios, pues es propietaria de la mitad de los terrenos y edificios en los que están sus locales.
Los analistas estiman que el capital inmobiliario es de más de 20 mil millones de dólares. Fondos especulativos como Glenview Capital de Nueva York pusieron la mira en ese tesoro y exigieron hace poco su separación del resto como fondo de inversión independiente.
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