Lima, 3 sep (PL) El arribo del portaaviones norteamericano George Washington, con una dotación de tres mil 200 hombres y armamento diverso, genera hoy preocupación en Perú y se suma a la frecuente llegada de grupos militares de ese país.
Según un anuncio oficial previo, el navío nuclear surca aguas peruanas desde el martes y su presencia se prolongará hasta el domingo próximo, como parte de una gira suramericana.
La nave cual zarpó del puerto japonés de Yokosuka, y tiene como destino la base naval de Norfolk, en Estados Unidos, donde será modernizada, según versión de Washington.
Sin embargo, diversas organizaciones políticas y sociales peruanas rechazan la presencia del navío y de ninguna manera creen que se trate solo de una visita inocente.
Los críticos señalan que la llegada del portaaviones nuclear se suma a incursiones constantes de militares estadounidenses con declarados fines de entrenamiento de fuerzas peruanas, especialmente en operaciones de contrainsurgencia.
Esas organizaciones realizaron esta semana una segunda marcha contra el arribo del USS George Washington y contra la intromisión militar estadounidense en Perú, que se suma a la de agosto último.
La movilización recorrió el centro de Lima hasta llegar a un parque próximo a la residencia del embajador de Estados Unidos aquí, Brian A. Nichols, portando carteles de condena a la presencia militar norteamericana.
La visita, para los manifestantes, atenta contra la soberanía nacional, teniendo en cuenta los antecedentes de invasiones e intervenciones estadounidenses en diversos continentes y naciones.
El analista Gustavo Espinoza calificó el arribo del portaaviones de “operación encubierta destinada a afirmar la presencia norteamericana no sólo en Perú, sino en America, en una circunstancia en la que el Imperio busca cambiar a como dé lugar la correlación de fuerzas imperante en la región”.
Espinoza señaló que las manifestaciones de repudio a la presencia militar extranjera se extienden al interior del país y señaló que la constante y poca informada llegada de tropas de Washington plantean inclusive el peligro de una virtual invasión.
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