Los medios españoles no dejan de atacar a gobiernos como el de Venezuela porque –nos aseguran- “violan los derechos humanos”. Pero se cuidan mucho de publicar una línea sobre situaciones como las de Iván Ramírez Barrios, precisamente un venezolano residente en Madrid.
Como activista por el derecho a la vivienda, sufría la represión, los golpes, los puñetazos, las lesiones por parte de la Policía Nacional española. Fue en 2011, durante las manifestaciones del Movimiento de Los Indignados. Pero, paradójicamente, él es el encausado. La Fiscalía pide para Iván pena de un año y nueve meses de prisión, además de multas e inhabilitaciones… Porque -asegura- el violento fue él.
Iván Ramírez nos dice con ironía que, mientras en la “sanguinolenta y represiva dictadura bolivariana” de su país, Venezuela, la Fiscalía actúa de oficio contra policías que cometen abusos, en la “democracia del Primer Mundo” del Reino de España la Fiscalía no solo no actúa como vehedora de los derechos de la ciudadanía, sino que se convierte de manera automática en parte acusadora como respuesta a las denuncias de ciudadanos como él.
Menciona el punto 14 del Informe de Naciones Unidas sobre trato policial en España, publicado en julio de 2015, donde se expresa la preocupación por la impunidad policial y la consiguiente indefensión de ciudadanas y ciudadanos.
Iván Ramírez recuerda cómo, mientras era maltratado en el furgón policial, uno de los policía -que lo confundió con un cubano- le decía “vete para Cuba a protestar, allí te fusilarían en la Plaza Mayor (sic) de La Habana y lo pasaría por televisión”.
También nos habla de otros casos similares, con personas en prisión. Es el caso de Alfon, joven militante antifascista de Vallecas, hoy en la cárcel en penosas condiciones tras un montaje policial escandaloso.
El juicio contra Iván Ramírez será los días 14 y 15 de diciembre de 2015 en la Audiencia Provincial de Madrid. Un amplio y heterogéneo grupo de apoyo acompaña la lucha de Iván.
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