Recep Erdogan está convirtiendo a Turquía en un estado policial mediante el otorgamiento de amplios poderes a la Organización Nacional de Inteligencia (MIT) y tomando medidas enérgicas contra el periodismo independiente y la oposición política.
Viendo como actúa Erdogan, no es extraño que en su momento dijera que la Alemania de Hitler era un modelo de sistema presidencial.
El partido de Erdogan, Justicia y Desarrollo, está dando pasos hacia la transformación de Turquía en un estado policial autoritario, donde la Organización Nacional de Inteligencia (MIT) desempeña el papel de “Guardia Pretoriana” personal de Erdogan.
De hecho, desde la aprobación de la Ley Nr. 6532 del 26 de abril de 2014, el MIT tiene tan amplios poderes que puede actuar con total impunidad.
Después de que el diario opositor Cumhuriyet descubriera a la agencia de inteligencia turca pasando armas de contrabando a los islamistas en Siria, el editor en jefe del diario, Can Dundar y el jefe de la oficina de Ankara, Erdem Gul, fueron arrestados y acusados de “traición” y “espionaje”.
En su última entrevista desde la cárcel, Can Dundar dijo a The Guardian que Recep Tayyip Erdogan “consolidó el poder absoluto mediante el establecimiento de una fuerza policial de proporciones épicas y tiene el control total del sistema judicial”
El periodista arremetió contra Bruselas por el acercamiento entre la UE y Erdogan mientras hacen la vista gorda a las “prácticas fascistas” del gobierno de Ankara.
Pero eso no es todo: a mediados de diciembre de 2015, el diputado turco de la oposición, Eren Erdem reveló los vínculos del gobierno turco con el suministro a Estado Islámico (entonces bajo el nombre de al-qaeda en Irak), de ingredientes para fabricar gas sarín mortal.
La investigación reveló que ciudadanos turcos habían participado en las negociaciones sobre la entrega de esos ingredientes para fabricar gas sarín. Sin embargo, a pesar de todas las pruebas presentadas, los 13 sospechosos relacionados con el caso fueron puestos en libertad por las autoridades turcas.
Y como era de esperar, después de dar la entrevista donde ofrecía todas estas pruebas, Erdem fue acusado de traición por Erdogan.
Mientrastanto, el clan Erdogan no tenía ningún escrúpulo en vender el petróleo iraquí y sirio robado por y traficado de contrabando por Estado Islámico.
De hecho, en un gesto patético, el presidente turco se comprometió a renunciar si se comprobaba su culpabilidad. Sin embargo, a pesar de que el Ministerio de Defensa de Rusia presentó amplias evidencias de la participación de Ankara en el negocio ilícito del petróleo con Estado Islámico, Erdogan no cumplió su promesa.
¿Y cuál ha sido la respuesta de la Unión Europea ante los continuos atropellos del gobierno de Erdogan a la libertad de expresión, la democracia y su más que probada vinculación con el terrorismo de Estado Islámico?
Pues la respuesta de la UE ha sido regalar 3000 millones de euros a Erdogan para que trate de paliar la crisis de los refugiados (que él mismo está azuzando en propio beneficio), y también hemos visto a todos los líderes del G-20 asistiendo a una cumbre en Antalya, Turquía, sin abrir la boca sobre los graves atropellos del régimen de Erdogan, como si en Turquía no sucediera nada de todo eso.
Ese es el modelo de democracia y libertades que nos ofrece la Unión Europea…
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