El última arma norcoreana en la guerra de propaganda que libra con su vecino del sur es papel higiénico usado y otro tipo de basura que lanza con globos a través de la frontera.
Grupos civiles surcoreanos empezaron la guerra propagandística con balones de helio años atrás llenándolos de CDs, dólares estadounidenses y USB, lo que llevó a Pyongyang a responder de la misma forma.
El último ensayo nuclear norcoreano del mes pasado ha recrudecido el uso de altavoces que emiten proclamas y el envío de balones de helio por parte de ambos gobiernos.
Es habitual que Pyongyang cargue los balones de helio con panfletos que insultan tanto a la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, como a los líderes estadounidenses.
En los últimos recogidos en territorio surcoreano había panfletos que calificaban a Park de “basura política” y, para apuntalar la crítica, se acompañaban de todo tipo de basura como papel higiénico y pañuelos usados o colillas de cigarrillos.
“Entre los panfletos había basura difícil de describir con palabras”, ha aclarado un oficial de Policía al diario Korea Joongang Daily.
Los agentes se habían desplazado después de haber sido advertidos por la población de que los balones, en lugar de haber explotado con los acostumbrados temporizadores para esparcir su contenido, habían aterrizado íntegros en el suelo, reporta sputnik novosti.
Los cuerpos de inteligencia examinaron los objetos con la preocupación de que pudieran contener elementos tóxicos en una guerra bacteriológica.
“Pero después de analizarlos, comprobamos que se trataba solo de basura”, explicaron.
Corea del Norte ha enviado un millón de panfletos a suelo surcoreano en las últimas semanas.
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