miércoles, 3 de febrero de 2016

Realmente una vergüenza: Esta es la isla de basura que se formó en el Océano Pacífico

-Muchos desechos de larga duración terminan en los estómagos de las aves marinas y animales del mar y por cierto, deja mucho que desear de la humanidad y su forma de relacionarse con el medioambiente.


¡Compra, compra, vuelve a comprar y desecha lo que ya no sirve!, es la rutina de miles de personas la cual provocó un monumental depósito de basura conocido como el “Vórtice de plástico” en el Océano Pacífico.
Este horrible lugar está ubicado en una isla entre Hawai y la costa oeste de Estados Unidos.

En una publicación en 1988 de la National Oceanic And Atmospheric Administration(NOAA) de los Estados Unidos, se dio a conocer la existencia de una mancha de basura. La predicción se basaba en los resultados obtenidos en laboratorios de Alaska entre 1985 y 1988, los cuales realizaron una medición de plástico flotante en el océano Pacifico Norte. Los laboratorios encontraron altas concentraciones de desechos marinos acumulados en zonas con una topografía particular o con corrientes oceánicas.
Resulta realmente patético destacar además que esta “isla” no es un depósito pre planeado para dejar desechos, sino que son los restos de plásticos y basura arrojada en aguas de Norteamérica y del sureste asiático, que se concentran en una zona debido a un movimiento circular de las corrientes ecuatoriales que giran en dirección de las manecillas del reloj, cerca de las islas Hawai.

Un grupo de científicos y científicas con el apoyo del Instituto Scripps de Oceanografía, iniciaron una expedición con los barcos New Horizon de Scripps en San Diego y el Kaisei de San Francisco para evaluar el impacto de la isla de basura en la vida marina del Océano Pacífico.
La investigación confirmó que es altamente nociva la presencia de este “Vórtice de plástico” ya que no sólo muchas especies confunden las bolsas de plástico con medusas, sino que también, en la medida en la que el plástico se cocina con el sol, del océano se desprenden toxinas al mar que afectan la vida animal y  repercuten de manera importante en la atmósfera planetaria.
Finalmente, muchos desechos de larga duración terminan en los estómagos de las aves marinas y animales del mar, incluyendo tortugas del océano y albatros de patas negras, siendo estas partículas un riesgo para la vida marina y por cierto, deja mucho que desear de la humanidad y su forma de relacionarse con el medioambiente.

Por Francisca Arriagada.
El Ciudadano

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