viernes, 19 de febrero de 2016

Varoufakis: “Si no hablamos claro, el capitalismo se comerá la democracia”

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El ex ministro de Economía griego, Ianis Varoufakis, impartió una de las conocidas conferencias TED Talk en la ciudad suiza de Ginebra  sobre capitalismo y democracia.
Veinte minutos de una contundencia poco habitual en los que razona sobre las relaciones entre el sistema económico y el político. Y llega a una conclusión firme: si no hablamos claro, el capitalismo se comerá la democracia.
En un discurso ameno y profundo a la vez, Varoufakis liga Matrix (la distopía a evitar), Star Trek (la utopía a perseguir), Karl Marx, Stuart Mills, China y la Revolución Industrial inglesa. Y avisa de que, hoy, se puede estar en el gobierno pero no tener poder, porque el poder real ya no lo tienen los políticos, sino los financieros.
Transcripción y traducción de la conferencia:
Democracia. En Occidente hemos cometido un error colosal dándola por hecha. No vemos la democracia como la flor más frágil, que es lo que es. La vemos como una parte de nuestro mobiliario. Tendemos a verla como algo dado. Creemos erróneamente que el capitalismo inevitablemente produce democracia. Pues no. Lee Kwan Yew, de Singapur, que tiene grandes imitadores en Pekín, demostró, más allá de la duda razonable, que es perfectamente posible un capitalismo floreciente y un crecimiento espectacular, y al mismo tiempo una política sin democracia. De hecho, la democracia retrocede en este rincón del mundo.
En Europa, a principios de año, mientras representaba a Grecia como ministro de Economía, alguien me dijo, sin dudar, que no se podía permitir que nuestro proceso democrático nacional, nuestras elecciones, interfirieran en las políticas económicas que se implementaban en Grecia. En ese instante pensé que no había defensa más grande de Lee Kuan Yew, del Partido Comunista Chino. O de algunos amigos recalcitrantes míos que siguen diciéndome que la democracia se prohibiría si nunca amenazara de cambiar nada.
Quiero pediros que me acompañéis a creer de nuevo que Lee Kuan Yew, el Partido Comunista Chino, y el Eurogrupo, se equivocan si creen que pueden dejar de lado la democracia
Esta tarde os quiero presentar un ejemplo económico para una democracia de verdad. Quiero pediros que me acompañéis a creer de nuevo que Lee Kuan Yew, el Partido Comunista Chino y el Eurogrupo, se equivocan si creen que pueden dejar de lado la democracia. Que necesitamos una democracia de verdad, enérgica. Y que sin democracia nuestras sociedades serán más desagradables, nuestro futuro, negro y nuestras grandes y nuevas tecnologías, desaprovechadas.
Hablando de desaprovechar, dejadme que remarque una paradoja interesante que amenaza nuestras democracias en este mismo momento. En la paradoja de Twin Peaks (Montañas Gemelas). Sabéis de qué hablo. Uno de los picos es una montaña de deudas. Las deudas que han proyectado una larga sombra sobre los Estados Unidos, Europa, el mundo entero.
Todo el mundo alza la voz ante esta montaña de deudas. Pero poca gente ve la montaña gemela. Hay una montaña de dinero totalmente inactivo. Pertenece a ricos ahorradores y grandes multinacionales. Gente demasiado aterrorizada para invertir la montaña de dinero en actividades productivas, que puedan generar los ingresos con los que podamos eliminar la montaña de deuda. Y que pueden producir todas las cosas que la Humanidad necesita desesperadamente. Como la energía verde.
Ahora dejad que os dé dos cifras. Durante estos últimos tres meses los Estados Unidos y la Eurozona han invertido en conjunto 3,4 trillones de dólares en bienes de producción, tales como fábricas industriales, maquinaria, edificios de oficinas, escuelas, carreteras, trenes, etc. Estos 3,4 millones parecen mucho dinero hasta que los comparas con los 5,13 millones que han chapoteado en los mismos países, y en instituciones financieras. Millones que no han hecho absolutamente nada, durante el mismo período de tiempo. salvo inflar las acciones de la bolsa, subir el precio de los metros cuadrados. Por tanto: una montaña de deuda y una montaña de dinero totalmente parados conforman las Twin Peaks. Y fracasan a la hora de anularse mutuamente a través del funcionamiento normal de los mercados.
Aristóteles definió la democracia como la constitución en la que los hombres libres y los pobres, siendo la mayoría, controlan el gobierno. La cosa pertinente entonces, y ahora, era la inclusión de los trabajadores pobres.
Los resultados son salarios estancados, y más de una cuarta parte de los adultos entre 25 y 54 años en los EE.UU., Europa y Japón, sin trabajo. En consecuencia, una demanda baja que en un ciclo eterno refuerza el pesimismo de los inversores que temen poca demanda. Demanda que no levanta cabeza por la misma razón que el padre de Edipo. El padre, aterrado por la profecía del Oráculo que decía que su hijo crecería y lo mataría, fabricó inconscientemente las condiciones para que Edipo, su hijo, lo matara.
Esta es mi disputa con el capitalismo. Su desagradable dilapidación. Todo este dinero inactivo debería utilizarse para mejorar la vida, desarrollar los talentos de las personas y financiar todas las tecnologías, las tecnologías verdes, que son absolutamente esenciales para salvar el planeta tierra.
¿Acierto si digo que la democracia podría ser la respuesta? Esto creo. Pero, antes de continuar, dejad que nos preguntemos qué queremos decir cuando decimos democracia.
Aristóteles definió democracia como la constitución en la que los hombres libres y los pobres, siendo la mayoría, controlan el gobierno. Evidentemente, creo que esa democracia excluía demasiada gente: mujeres, inmigrantes y esclavos. Pero sería un error enjuagar el significado antiguo de democracia por la gente que excluía. La cosa pertinente entonces, y ahora, era la inclusión de los trabajadores pobres. Que no sólo adquirieron el derecho de libre expresión, sino aún más importante, y crucial, adquirieron el derecho de hacer juicios políticos. Juicios que tenían un peso similar en la toma de decisión sobre aspectos de Estado. Evidentemente, la democracia no duró mucho. Como las velas que se queman vivas, se quemó rápida.
Efectivamente, las democracias liberales de hoy no tienen las raíces en la Grecia antigua. Tienen sus raíces en la Carta Magna y en la Gloriosa Revolución del 1.688 y en la constitución americana. Mientras que la democracia antigua se concentraba en apoderarse de los trabajadores pobres, nuestras democracias liberales se basan en la tradición de la Carta Magna, que a la postre era un estatuto para los señores.
Y las democracias liberales se quedaron en la superficie cuando fue posible separar por completo la esfera política y la económica, a fin de confinar el proceso democrático dentro de la esfera económica. Y dejando así la esfera política -el mundo de las multinacionales, si lo prefieren- como una democracia sin democracia.
¿Se ha preguntado alguna vez por qué los políticos no son como antes? No es porque su ADN se haya degradado. Más bien es porque hoy puedes estar en el gobierno pero no tener poder. Porque el poder ha migrado de la esfera política a la económica.
En nuestras democracias esta separación entre la economía y la política, desde el momento que comenzó, condujo a una inevitable e inexorable lucha entre las dos esferas: la esfera económica colonizando la esfera política, y comiendo de ella el poder.
A poco que piense, es como una población de depredadores tan buenos devorando la toma con la que se alimentan, que al final se mueren de hambre. De manera similar, la esfera económica ha colonizado y practicado el canibalismo en la esfera política hasta el punto de que se hace daño a sí misma, porque origina crisis económicas.
El poder de las multinacionales crece, los políticos van a la baja, las diferencias al alza, la demanda a la baja, y los directores de las multinacionales tienen demasiado miedo de invertir el dinero de sus empresas.
Por tanto, cuanto más éxito tenga el capitalismo eliminando el ‘demos’ de la democracia, más altas serán las Twin Peaks, mayor el abandono de la riqueza humana. Claramente, si esto es correcto, tenemos que reunir la esfera política y económica. Y es mejor hacerlo con un ‘demos’ bajo control. Como en la antigua Grecia, pero sin los esclavos, la exclusión de las mujeres y los migrantes.
Esto no es ninguna idea original. Los marxistas nos dejaron hace cien años y no les fue muy bien, ¿verdad? Y la lección que recibimos de la derrota soviética es que sólo se puede hacer con una especie de milagro, con las clases trabajadoras pobres apoderadas, como lo eran en la antigua Grecia, y que se debe hacer sin crear nuevas formas de brutalidad y abandono.
Pero hay una solución: eliminamos los trabajadores pobres. El capitalismo lo hace.Sustituye trabajadores de salarios bajos por robots y autómatas. El problema es que mientras la esfera política y económica vayan separadas, la robotización hace que las Montañas Gemelas sean más altas, y el conflicto social más profundo.Incluso, creo, en lugares como China.
La pregunta es si una distopía Matrix sustituirá al capitalismo, o será en cambio una sociedad más cercana a la de Star Trek
Por lo tanto tenemos que reconfigurar y reunir la esfera política y económica. Pero más vale que lo hagamos democratizando la esfera. De lo contrario, acabaremos con una autocracia loca y super vigiladora que hará que el filme ‘Matrix’ parezca un documental.
Por tanto, la pregunta no es si el capitalismo sobrevivirá a las innovaciones tecnológicas. La pregunta es si una distopía ‘Matrix’ sustituirá al capitalismo, o será en cambio una sociedad más cercana a la de Star Trek, donde las máquinas sirven los humanos. Donde los humanos gastan energías explorando el universo y se entretienen en largos debates sobre el significado de la vida en una especie de ágora griega de alta tecnología. Creo que nos podemos permitir ser optimistas. Pero qué nos hace falta para tener la utopía de ‘Star Trek’ en lugar de la locura de ‘Matrix’? ¿Qué nos hace falta en términos prácticos? Dejadme dar un par de ejemplos.
En el ámbito de empresa, imaginaos un mercado de capitales donde ganas segundos de lo que trabajas. Y que tu capital te sigue de un trabajo a otro, de una empresa a otra. Y que la empresa donde trabajas sólo tiene unos propietarios: los trabajadores de la empresa en ese momento. Entonces todo ingreso proviene del capital, de los beneficios. Y el concepto mismo de salario queda obsoleto. Ya no hay separación entre los propietarios que no trabajan y los que trabajan y no tienen propiedades. Se termina la guerra entre capital y trabajo. Se elimina la diferencia entre ahorros e inversiones. Y efectivamente, desaparecen las Montañas Gemelas de Twin Peaks.
El mundo que os propongo es a la vez libertario, porque apodera individuos; marxista, porque enviaría a la papelera de la historia la división entre capital y trabajo; y también es un mundo keynesiano globalizado.
En el ámbito de la política económica global, imagínense por un momento que nuestras monedas nacionales tienen un tipo de cambio flexible con una moneda electrónica global. Moneda que imprimiría, digamos, el FMI en nombre de todos.
Imagínese más: imagine que todo comercio internacional utiliza esta moneda. Digamos cosmos. Unidades de cosmos. Y con todos los gobiernos que se han puesto de acuerdo para pagar unos cuantos cosmos a un fondo común proporcional al déficit comercial del país, o el excedente comercial del país.
Imagínese que los fondos se usan para invertir en energías verdes, especialmente en lugares del mundo que les hace falta. No es ninguna idea nueva ésta: es lo que Keynes propuso en 1944 en ‘Bretton Woods’. El problema es que entonces no tenían la tecnología para implementarlo. Pero ahora, sí. Sobre todo si vamos a un contexto de esfera económica y política unificada.
O hacemos posible este mundo, o nos encaminamos a una distopía propia de ‘Matrix’. La respuesta radica en la elección política que deberíamos hacer entre todos. Depende de nosotros. Y más vale que lo hagamos de manera democrática. Gracias!
[Aplausos del público]
-Presentador: Ianis, se presenta como un marxista libertario. ¿Qué importancia tiene el análisis marxista hoy?


-Si lo que he dicho no tiene ninguna importancia, entonces Marx la tiene. Porque esta es la idea: reunificar la esfera política y la económica, porque si no lo hacemos, la innovación tecnológica llevará a una enorme caída de la demanda (algunos lo llaman estancamiento secular). Y esta crisis, que migra de un rincón del mundo a otro, desestabilizará no sólo las democracias, sino también los países emergentes, que no son tan entusiastas de las democracias liberales. Si este análisis se aguanta, entonces Marx es totalmente importante. Pero también lo es Hayek. Por algo soy marxista libertario. Y también lo es Keynes. Y por eso estoy confundido por completo.
-Ha! Nosotros también .
-Si no estás confundido, no piensas.
-Durante Su conferencia ha mencionado a Lee Kuan Yew, de China. Y durante la cena anterior se ha expresado una opinión muy contundente sobre cómo Occidente se mira en China. Nos puede 
hablar de esto?
-He dicho que hay una hipocresía muy grande. En nuestras democracias liberales tenemos apenas una especie de democracia. Porque, como he dicho, hemos confinado la democracia en la esfera política, y hemos dejado la esfera donde realmente está la acción, la esfera económica, sin democracia. Si me dejas ser provocador, la China de hoy está más cerca de la Gran Bretaña del siglo XIX. Recordemos: tendemos a asociar democracia con liberalismo y esto es un error. Históricamente hablando, es un error. Liberales como John Stuart Mill eran especialmente escépticos sobre el proceso democrático. Esto que vemos ahora en China es un proceso muy similar al que tuvimos en Gran Bretaña durante la Revolución Industrial, especialmente en la transición entre la primera y la segunda. Y castigar a China por lo mismo que hizo Occidente en el siglo XIX huele a hipocresía.
Esta es la experiencia de la Unión Soviética: si intentas mantener vivo un sistema económico que no puede sobrevivir desde un punto de vista estructural, y lo haces con voluntad política y con maneras autoritarias, pues quizá lo alargas, pero cuando el cambio llegue, llegará de manera muy brusca. Será una catástrofe.
-Estoy Seguro de que la gente se pregunta por su experiencia como ministro de economía de 


Grecia.
-Sabía Que llegaría este momento.
-Seis Meses después, como lo 

veis?
-Muy excitante desde un punto de vista personal. Y muy decepcionante. Porque teníamos la oportunidad de reiniciar la zona euro. No sólo Grecia. La zona euro. Dejar atrás la complacencia y la negación constante que había, y hay. Se niega la grieta a los fundamentos de la zona euro, que amenaza todo el proceso europeo. Teníamos la oportunidad, basada en el programa griego. Programa que, por cierto, era el primer programa que demostraba esta negación, y que quería arreglarla. Desgraciadamente, los poderes de la zona euro, del Eurogrupo, escogieron mantener la negación.
-¿Qué Cambios prevéis?
-Es Evidente que si no cambiamos la arquitectura de la zona euro, no tiene futuro.
-No cometiço ningún error como ministro de economía?
-Cada Día.
-Por Ejemplo?
-Cualquiera que mire atrás … Si un ministro de Economía, tras seis meses de dejar el cargo, te dice que no ha cometido ningún error, sobre todo en una situación tan estresante, te digo que es un hombre peligroso. Evidentemente, que cometí errores. El error más grave fue firmar el alargamiento del acuerdo del préstamo a finales de febrero. Creía que había un interés genuino por parte de los acreedores de encontrar un espacio común. Y no estaba. Sólo les interesaba hacer añicos nuestro gobierno. Simplemente porque no querían enfrentarse con las grietas de la arquitectura que recorren la zona euro. Y porque no querían admitir que durante cinco años habían implementado un programa catastrófico en Grecia. Perdimos una tercera parte del PIB. Peor que la Gran Depresión. Y nadie de la troika de acreedores, que han impuesto esta política, ha admitido que el error fue monumental.
-A pesar de esto, resulta que eres pro europeo.
-Del todoMi crítica a la UE y a la zona euro proviene de una persona que respira Europa por los cuatro costados. Mi gran miedo es que la zona euro no sobreviva. Y si no sobrevive, las fuerzas centrífugas que se liberarán serán demoníacas y harán añicos la UE. Y será una catástrofe, no sólo para la zona euro, sino para la economía global. Probablemente somos la mayor economía del mundo. Si permitís caer en la derrota posmoderna de los años treinta, -que diría que es lo que hacemos-, sería perjudicial para el futuro de los países europeos. Y los no europeos, también.
-Espero que en este punto se equivoque. Ianis Varoufakis: gracias por haber venido al TED.

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