Unos 30 jóvenes con el rostro cubierto se desplazaron hacia la valla fronteriza alrededor de las doce del miércoles y la intentaron derribar. La policía macedonia disparó granadas de aturdimiento.
Pronto la situación se intensificó a medida que más hombres se unieron a la protesta, la respuesta de la policía macedonia fue disparar gases lacrimógenos.
Al mismo tiempo, dos escuadrones de policía antidisturbios griegos tomaron posición a lo largo de la valla tratando de hacer retroceder a los manifestantes.
De acuerdo con la información procedente de Idomeni, hasta el momento, la policía antidisturbios griega no ha disparado gases lacrimógenos, pero está armada con escudos, porras y máscara de gas por lo que se supone que está aparentemente dispuesta a hacer lo que sea necesario para evitar el caos del último domingo, cuando al menos 300 personas, entre ellos niños, fueron heridos por balas de goma y sufrieron problemas respiratorios por el amplio uso de gas lacrimógeno de la policía macedonia así como el uso de proyectiles de pelotas de goma a 400 metros de distancia, dentro incluso de las tiendas del campo.
Alarmados por las protestas en las fronteras de los refugiados y los migrantes, el gobierno griego ha establecido controles de carretera y los coches que entran en el campo de Idomeni en un esfuerzo por identificar a los activistas y voluntarios que incitan a la gente a protestas.
El lunes, el primer ministro Alexis Tsipras no sólo denunció a Macedonia por el uso de la violencia, sino también ” a los activistas “por tener en mente sólo los fondos, pero no dar servicio a los refugiados.”
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