Según revela un informe de Global Witness, los asesinatos contra defensores del medio ambiente, aumentaron en casi un 60% durante el año 2015.
Los mayores peligros son los que enfrentan los activistas en Brasil y Filipinas, junto con los activistas indígenas, hasta el punto de que los números arrojan tres activistas ambientalistas siendo asesinados cada semana.
El informe de Global Witness, un organismo de control del medio ambiente y los derechos humanos, dijo que había registrado un total de 185 muertes en 16 países en 2015. Esto marcó un aumento del 59 por ciento respecto a 2014, y fue la cifra más alta desde que el grupo comenzó el cotejo de datos en 2002.
Sin embargo, el grupo sostiene que la falta de acceso a datos fiables, significa que el verdadero número de asesinados es probablemente mucho mayor.
La represión sobre indígenas que defienden sus tierras y activistas defensores del medio ambiente, se produce debido al aumento de demanda de productos como minerales, madera y aceite de palma, en los que gobiernos, empresas y bandas criminales intentan apropiarse por la fuerza de tierras expulsando a sus habitantes para hacer negocio.
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