Por RT
Habían sido alejadas de su vida como cazadoras y recolectoras en la selva Amazónica en 2014 pero nunca lograron adaptarse al mundo moderno.
Dos mujeres de la tribu nómada Awá decidieron regresar al entorno donde se criaron casi toda su vida. Habían sido “encontradas” en la selva amazónica y fueron trasladadas a un poblado con electricidad, televisión y atención médica.
Anteriormente vivían en una cabaña hecha de hojas de palma, se alimentaban mediante la recolección de frutos y cazaban con arcos y flechas. Las únicas posesiones modernas que habían tenido alguna vez eran una hoja de cuchillo, un hacha y un viejo balde con un agujero.
Un viaje al mundo moderno
En diciembre de 2014 fueron encontrados tres Awá en la selva por un grupo de taladores de árboles. Se trataba de un muchacho joven, su madre y otra mujer mayor. Estaban cerca de la reserva natural Caru. Al ser notificadas las autoridades estas persuadieron a los tres nativos para que se muden a un pueblo cercano, Tiracumbu, donde hay electricidad, atención médica y televisión.
Sin embargo al llegar allí las dos mujeres enfermaron de tuberculosis por lo que debieron ser trasladas a otra ciudad para recibir atención médica. Durante meses vivieron en una cabaña construida en los terrenos del hospital. Cuando regresaron a Tiracumbu el joven, hijo de una de ellas, se había asentado en la comunidad. Pero las dos mujeres no lograron adaptarse y por eso, recientemente, decidieron escapar del poblado.
Para Rosana Diniz, coordinadora del Consejo Indigenista Misionero, un grupo sin fines de lucro que ha trabajado con la tribu Awá durante casi 20 años “fue un rechazo”. Lo que es “importante para ellas no es la televisión”, dijo y añadió: “Para ellas es importante estar en su hogar, en la selva, cazando, en los ríos, con los animales”.
Peligro de extinción
Los Awá se encuentran amenazados hace varios años debido al avance de la deforestación, la minería y la expansión de la frontera agrícola que ha devastado su entorno. Se estima que quedan apenas 450 de ellos viviendo en distintos poblados ubicados en tres reservas en el margen sudeste del Río Amazonas. Actualmente algunos se dedican a la agricultura, pero la mayoría continúa viviendo de la caza y la recolección.
Los Awá vivieron durante varios siglos en un territorio que rondaba las 247.000 hectáreas de bosque tropical. Sin embargo actualmente no supera las 118.000 que, si bien son zonas protegidas, son permanentente violadas por las empresas que actúan en la región.
El gobierno de Brasil ha registrado por lo menos 110 grupos aborígenes que viven en la selva con escaso o nulo contacto con el resto del mundo.
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