Edward Snowden, el informático estadounidense que reveló detalles de los programas de vigilancia masiva de Estados Unidos y Gran Bretaña, confesó en una entrevista un aspecto que hasta ahora era desconocido sobre su fuga.
Antes de refugiarse en Moscú en junio de 2013, el “topo” de la CIA fue escondido en Hong Kong por refugiados durante dos semanas.
“Por primera vez” Snowden habla de las “dos semanas locas” en Hong Kong durante su fuga, resaltó el diario económico alemán Handelsblatt presentando la entrevista que responde a un interrogativo: “cómo y dónde?” se escondió mientras Estados Unidos revisaba cada rincón en su intento por arrestar al nuevo enemigo público número uno.
Una pareja de refugiados de Sri Lanka, Supun y Nadeeka, lo dejaron dormir en sus camas, le dieron de comer y festejaron con él su cumpleaños número 30, dos días antes de reaparecer en el aeropuerto de Hong Kong, desde donde partió a Rusia el 23 de junio.
Otro refugiado de Sri Lanka, Ajith, le hizo de “guardaespaldas”, añadió el diario que reconstruyó en detalle la historia personal de los inmigrantes.
“Fue increíblemente riesgoso para todos aquellos que participaron”, dijo Snowden en la entrevista con Handelsblatt.
“Fue increíblemente riesgoso para todos aquellos que participaron”, dijo Snowden en la entrevista con Handelsblatt.
“A pesar de que no había nada, arriesgaron todo para hacer la cosa justa”, afirmó el “topo” de la CIA, añadiendo que “todo aquello que creo saber sobre coraje y valor era nada respecto a cuanto viví en Hong Kong”.
El filme de Oliver Stone que está por estrenarse sobre él “solo menciona la cuestión del refugio en Hong Kong, añadió el diario alemán, al tiempo que resalta cómo Snowden se escondió “en los más oscuros nichos de la globalización” y en todo caso “fuera del alcance de los servicios secretos”.
En la casa en la que Snowden hizo perder sus rastros, “la ducha está en el hueco de una escalera y el horno al lado del baño”.
“Estas personas salvaron la vida de Edward”, confirmó su abogado, Robert Tibbo, quien organizó su fuga y lo dejó en manos de los refugiados que conocía por haberlos defendido mucho en sus ocho años de actividad en la región administrativa especial de la República Popular China.
Ansa
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