jueves, 13 de octubre de 2016

Otra gran marcha en Bogotá presiona por un acuerdo de Paz


Cerca de 10.000 personas, entre ellos indígenas, víctimas del conflicto armado y estudiantes, participaron este miércoles en la “Marcha de las flores” por Bogotá para expresar sus deseos de paz y la necesidad de llegar a un pronto acuerdo final. Los asistentes se movilizaron desde diferentes puntos de la capital hasta la céntrica Plaza de Bolívar, donde desde hace algunos días se ha realizado una acampada.
La manifestación discurrió en medio de pitos, banderas blancas y tambores que clamaban consignas como “Ni un niño, ni una niña, ni un beso para la guerra”; “Acuerdo firmado, acuerdo respetado” y “Porque el pueblo lo merece, el acuerdo permanece”.
“Es necesario el apoyo de todas las familias que han sido golpeadas, no importa que sean indígenas, campesinos, afros, todos necesitamos un país libre, tranquilo, y que podamos compartir como amigos”, aseguró el indígena Aníbal Rivera, quien llegó a Bogotá tras un viaje de 16 horas desde el municipio de Silvia, departamento del Cauca.
La “Marcha de las Flores” fue convocada por la Organización Nacional de Indígenas de Colombia (Onic), la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) y rectores de las universidades e instituciones educativas de la ciudad.
El pasado 2 de octubre el plebiscito sobre el acuerdo de paz con las FARC, obtuvo un 50,21 % de votos por el “no”, mientras el “sí” alcanzó el 49,78 %.
El miércoles de la semana pasada también hubo una multitudinaria marcha en Bogotá, que llevó a un grupo de jóvenes a acampar desde ese día frente a la Catedral Primada para exigir un acuerdo definitivo de paz.
Estudiantes y diferentes organizaciones ciudadanas se sumaron al llamamiento, entre ellos la comunidad LGBTI, quien convocó la movilización “Acuerdo ya! LGBTI por la paz”. “Colombia nunca va a tener paz si no hay tolerancia y respeto hacia los demás”, aseveró Ángel Rodríguez, miembro de esa comunidad.
En la manifestación se homenajeó a las víctimas del conflicto con un corredor humano lleno de flores blancas y aplausos como forma de reconocer el dolor de las víctimas y el perdón necesario para construir un nuevo país.
“Desde mi corazón de madre, de mujer, con el espíritu femenino de la madre tierra en este moyo (vasija de barro) sagrado de Bacatá recibimos a todos los hermanos de los pueblos originarios para que estos mandatarios sean coherentes con la paz que tanto un pueblo necesita”, dijo por su parte la indígena de la comunidad Muisca Nelis Rativá.
LibreRed | EFE

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