lunes, 27 de febrero de 2017

“¿Qué pasaría si este país realmente se quedara sin la mano de obra de los inmigrantes?”

Entrevista a Jeanette Vizguerra, inmigrante refugiada en una iglesia:
Jeanette Vizguerra llegó a Estados Unidos desde México en 1997, hace 20 años. Hoy para no arriesgar ser deportada está refugiada en la Primera Iglesia Unitaria en Denver.
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En Denver, Colorado, una mujer indocumentada madre de cuatro hijos buscó refugio en una iglesia el miércoles,después de que funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por si sigla en inglés) le negaran su solicitud para permanecer en Estados Unidos. Jeanette Vizguerra no se presentó a un control de rutina con funcionarios del ICE y, en su lugar, llevó a su familia a la Primera Iglesia Unitaria. Vizguerra llegó a Estados Unidos desde México en 1997, hace 20 años. Previamente había obtenido cinco aplazamientos de deportación, pero dijo el miércoles que dudaba de poder ganar aplazamientos similares bajo el gobierno de Donald Trump. Jeanette se comunica con nosotros desde su santuario, dentro de la Primera Iglesia Unitaria en Denver.
AMY GOODMAN: Bienvenida Jeanette a Democracy Now! ¿Por qué se ha refugiado en la Primera Iglesia Unitaria de Denver?
– En 2013, cuando regresé de México, y sabía que mi caso solo estaba bajo la discreción de ICE, que no estaba en cortes, empecé a buscar opciones para poder seguir resistiendo, poder quedar aquí. Y empecé el proceso para crear la Coalición Santuario, aquí en Denver, pensando en que en algún momento lo iba a necesitar. No lo había necesitado, no lo había tenido que necesitar hasta ese momento, la primera persona en usarlo fue Arturo Hernández, que afortunadamente sigue aquí con su familia, su caso no ha terminado, pero sigue luchando, y viendo que mi extensión de tiempo terminó y no tenía respuestas, y el silencio que tenía el Departamento de Seguridad Interior, que decían que estaban evaluando mi caso, que estaban evaluando mi caso, me hizo sentir por las acciones que pasaron la semana pasada, con el arresto y deportación de Guadalupe. Y el arresto también de un joven soñador, Daniel, me hizo sentir que yo iba a correr el mismo riesgo y decidí venir y estar en la Iglesia.
Usted ha vivido en Estados Unidos durante 20 años. ¿Por qué decidió venir a este país en 1997?
– Sí, tengo 20 años viviendo aquí, yo vine en el año 97 con mi esposo y mi hija. Mi esposo vino primero, tres meses después, nosotros. Fue por seguridad, ya que mi esposo había sufrido tres secuestros express en México.
Usted tiene cuatro hijos. ¿Nos puede decir cuáles son sus nombres y sus edades?
– Sí, tengo cuatro niños. La mayor tiene cerca de 27 años. Ella está protegida bajo el programa de DACA, ella nació en México. Los otros tres son nacidos aquí. Luna, de 12 años; Roberto, 10; y la pequeña, Suri, de 6 años.
 ¿Cómo les está afectado a sus hijos la situación por la que usted está pasando? Ellos vinieron con usted a la iglesia.
– Ellos ya tenían un poco de experiencia en esto, ya que siempre están a mi lado trabajando. Todos estos años, yo siempre les expliqué a ellos, cuando se fundó la Coalición Santuario, que en algún momento yo lo iba a necesitar. No estaban felices por la decisión, ayer lloramos, nos abrazamos. Pero también, ellos me dieron la confianza que necesitaba, porque dijeron que estaba en un lugar seguro, a diferencia de si me hubieran deportado y estuviera en México. Que todavía estábamos juntos como familia.
¿Qué quiere decirle a las otras iglesias que están considerando proporcionar refugio a inmigrantes, como lo ha hecho la iglesia donde usted se encuentra, la Primera Iglesia Unitaria en Denver?
– Bueno, en este momento son nueve iglesias, nueve iglesias de las cuales solo dos son de santuario físico. En la otra iglesia está Ingrid, que es otra compañera que lleva más de tres meses. Tenemos las otras siete de santuario de apoyo, pero sí necesitamos más iglesias, porque vemos que la amenaza, Trump, es real. Y necesitamos proteger a nuestras familias.
¿Cuál es su mensaje para el presidente Trump, Jeanette?
– Mi mensaje para el presidente Trump es que no está haciendo lo correcto, no solo con la comunidad inmigrante de diferentes países, incluyendo la musulmana. Está manejando mal la situación del país, él está actuando más como una persona individual que quiere poder, quiere atención, y no se está fijando en el daño que le está haciendo al país. La tercera parte del país no lo quiere, está manejando la situación mal. ¿Qué pasaría si este país realmente se quedara sin la mano de obra de los inmigrantes? Las industrias de hostelería, restaurantes, construcción, el campo… No tendrían gente para trabajar. Por lo tanto, el país estaría perdiendo dinero. La otra cosa que quisiera decirle es que yo soy solo una madre que ha venido a trabajar muy duro para que mis hijos tengan una mejor vida. A él no le ha tocado porque él tiene dinero, tiene poder, a sus hijos no les ha tocado sufrir. Pero, aun con todo ese dinero que él tiene y ese supuesto poder, si un día les pasa algo a sus hijos, ese dinero no les va a ayudar si tienen alguna enfermedad terminal. Y, ¿qué significa ser un criminal para él? En mi caso, por haber manejado sin permiso, con licencias vencidas, y tratar de utilizar unos documentos falsos para poder trabajar y llevar comida a la mesa, soy un criminal. ¿Y cómo le vamos a llamar a él, que por tantos años no ha hecho lo correcto al pagar sus impuestos? Eso es evasión de impuestos y también es un crimen.
Eso es algo que se malinterpreta a menudo en este país. Jeanette, usted ha pagado impuestos durante todos estos años.
– Sí, durante 20 años. Desde el año 98, en el que yo comencé a trabajar y mi esposo también, hemos pagado nuestros impuestos. Año con año. Y muchas veces, el dinero que pagamos los inmigrantes, unos no reclaman ese dinero, es dinero que se queda aquí en el país. Yo le diría: Si me vas a deportar, si me vas a regresar, ¿[qué hay] del dinero de 20 años de trabajo que yo he dejado en este país?
Jeanette, usted ha sido arrestada en dos ocasiones, una por estar en posesión de documentos falsos, nos gustaría que explicara qué ocurrió, y otra porque regresó a México para el funeral de su madre.
– Sí, la primera vez fue por esa razón. La segunda vez fue, al cruzar la frontera, lo que ellos llaman ‘reentry’, pero que al final es una falta administrativa, ese es el segundo cargo. Entonces, por esa razón, quedé con orden final de deportación, y he seguido luchando, y ellos mismos estuvieron dando las extensiones de tiempo. No entiendo por qué razón ahora, tal vez por la nueva administración, está sucediendo todo esto, que me negaran la extensión de tiempo.
 En este momento los líderes electos en Denver están apoyándola, desde el congresista Jared Polis, quien emitió un extenso comunicado y ha tratado de realizar una propuesta de ley en el Congreso para asegurar que usted pueda permanecer en este país, hasta el alcalde Hancock y la congresista Diana DeGette. ¿Qué significa para usted este apoyo?
– Bueno, sí, hay diferentes personas elegidas que han estado apoyando mi caso. El congresista Polis, que ha soportado poniendo un ‘bill’ privado por más de tres años, que es un respaldo político para mí. El senador Bennet, que también desde el año 2009 ha estado apoyando mi caso. Si yo necesito cartas, en su oficina me las dan. Y ahora está saliendo la congresista Diana DeGette; me ha apoyado también el concejal Paul López; ahora, Michael Hancock, también quiere aportar. Entonces, ellos están viendo la necesidad de parar con estas cosas que está haciendo el presidente Trump. No es justo que se esté atacando de esta manera a las personas.
Finalmente, ¿cuál es el mensaje que quiere enviar a la personas inmigrantes como usted que estén leyendo esta entrevista?
– Lo que yo les puedo decir es que desde que llegamos a este país nuestra vida es una lucha, una lucha constante y que, aunque estos cuatro años van a ser muy difíciles, no nos tenemos que rendir. En el pasado tuvimos leyes similares, que nos estaban afectando; trabajamos muy duro organizándonos, uniéndonos, y pudimos quitar todas esas leyes. Ahora no va a ser la excepción. Van a ser cuatro años difíciles, pero no imposibles. Al igual que yo, necesitan resistir. No sé cuántos días, meses o incluso hasta años voy a estar aquí, en esta iglesia, pero sé que en algún momento voy a salir, y voy a salir victoriosa, porque aunque esté aquí adentro, todavía puedo hacer mucho para mi comunidad. La tecnología es una parte importante.
¿Cuánto tiempo está dispuesta a permanecer en la iglesia, refugiada en la Iglesia Unitaria?
– No sé cuánto tiempo, todo va a depender de la discreción de ICE. Si niegan mi aplicación en Washington también, voy a continuar luchando hasta que haya algún cambio.
Amy Goodman

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