Hace 50 años, el 9 de octubre de 1967, el legendario revolucionario Ernesto Che Guevara fue ejecutado en Bolivia, un suceso en el que la CIA desempeñó un papel activo en su búsqueda y asesinato.
Como no tenían experiencia en la lucha contra la guerrilla, los estadounidenses recurrieron a Klaus Barbie, un antiguo integrante de la Gestapo. Conocido como “El Carnicero de Lyon”, se escondía de los tribunales franceses en Bolivia.
Este alemán de origen francés se alistó en las SS de la Alemania nazi a los 22 años. En 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, fue enviado a Lyon (Francia) como jefe local de la Gestapo y allí se ganó su apodo.
Entre otros crímenes, a Klaus Barbie se le atribuyen el arresto y la tortura de más de 14.000 integrantes de la Resistencia francesa, además del envío de 44 niños judíos a un campo de exterminio.
Después de la guerra, logró escapar gracias a la protección del Cuerpo de Contrainteligencia del Ejército de Estados Unidos (CIC), para el que desarrolló actividades contra el comunismo en Alemania.
En 1951, ante las peticiones francesas para obtener su extradición, Barbie fue trasladado a Bolivia, donde vivió con el nombre Klaus Altmann hasta 1983. Gracias a su experiencia en la lucha contraguerrilla, se convirtió en asesor de varias juntas militares, incluida la dictadura del general René Barrientos, que llegó al poder en 1964 tras un golpe de Estado.
La llegada del Che Guevara a Bolivia en 1966 y el inicio de un movimiento guerrillero en ese país latinoamericano fue una sorpresa desagradable para Barrientos, quien pidió ayuda a la CIA. Al año siguiente, el Ejército boliviano capturó al famoso revolucionario con la ayuda de esa agencia de Estados Unidos.
El papel de Barbie en esa operación no fue revelado hasta 2007, cuando el director británico Kevin Macdonald realizó el documental “El enemigo de mi enemigo“ (“My enemy's enemy”), en el que rememoró la captura del Che.
Según el documental, Klaus Barbie asesoró al comandante de la unidad estadounidense, el mayor Ralph Shelton, quien debía preparar a los soldados bolivianos para el encuentro con los destacamentos del Che Guevara, pero carecía de experiencia para luchar contra la guerrilla.
Alvaro de Castro, hombre de confianza de Barbie, revela en el documental que ese nazi siempre se jactó de que desarrolló la estrategia para capturar al argentino, al que odiaba y consideraba “un aventurero lamentable” que no habría sobrevivido a la Segunda Guerra Mundial.
Más de 15 años después del asesinato del Che, “El Carnicero de Lyon” fue extraditado a Francia y enjuiciado por los crímenes de lesa humanidad que había cometido en ese país. En 1987, fue condenado a cadena perpetua y falleció de cáncer en prisión el 21 de septiembre de 1991.
Como no tenían experiencia en la lucha contra la guerrilla, los estadounidenses recurrieron a Klaus Barbie, un antiguo integrante de la Gestapo. Conocido como “El Carnicero de Lyon”, se escondía de los tribunales franceses en Bolivia.
Este alemán de origen francés se alistó en las SS de la Alemania nazi a los 22 años. En 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, fue enviado a Lyon (Francia) como jefe local de la Gestapo y allí se ganó su apodo.
Entre otros crímenes, a Klaus Barbie se le atribuyen el arresto y la tortura de más de 14.000 integrantes de la Resistencia francesa, además del envío de 44 niños judíos a un campo de exterminio.
Después de la guerra, logró escapar gracias a la protección del Cuerpo de Contrainteligencia del Ejército de Estados Unidos (CIC), para el que desarrolló actividades contra el comunismo en Alemania.
En 1951, ante las peticiones francesas para obtener su extradición, Barbie fue trasladado a Bolivia, donde vivió con el nombre Klaus Altmann hasta 1983. Gracias a su experiencia en la lucha contraguerrilla, se convirtió en asesor de varias juntas militares, incluida la dictadura del general René Barrientos, que llegó al poder en 1964 tras un golpe de Estado.
La llegada del Che Guevara a Bolivia en 1966 y el inicio de un movimiento guerrillero en ese país latinoamericano fue una sorpresa desagradable para Barrientos, quien pidió ayuda a la CIA. Al año siguiente, el Ejército boliviano capturó al famoso revolucionario con la ayuda de esa agencia de Estados Unidos.
El papel de Barbie en esa operación no fue revelado hasta 2007, cuando el director británico Kevin Macdonald realizó el documental “El enemigo de mi enemigo“ (“My enemy's enemy”), en el que rememoró la captura del Che.
Según el documental, Klaus Barbie asesoró al comandante de la unidad estadounidense, el mayor Ralph Shelton, quien debía preparar a los soldados bolivianos para el encuentro con los destacamentos del Che Guevara, pero carecía de experiencia para luchar contra la guerrilla.
Alvaro de Castro, hombre de confianza de Barbie, revela en el documental que ese nazi siempre se jactó de que desarrolló la estrategia para capturar al argentino, al que odiaba y consideraba “un aventurero lamentable” que no habría sobrevivido a la Segunda Guerra Mundial.
Más de 15 años después del asesinato del Che, “El Carnicero de Lyon” fue extraditado a Francia y enjuiciado por los crímenes de lesa humanidad que había cometido en ese país. En 1987, fue condenado a cadena perpetua y falleció de cáncer en prisión el 21 de septiembre de 1991.
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