Cuando uno conoce que en República Dominicana mueren cientos de mujeres a mano de sus parejas o exparejas cada año, se alarma, y sobre todo, siente consternación ante ese flagelo el cual deja dolorosas escenas de violencia.
La sociedad en este país reclama estrategias efectivas para solucionar esa situación que solo deja víctimas mortales, familias destruidas y es un atentado contra los derechos de las féminas.
La directora del Centro de Atención a Sobrevivientes de Violencia de la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional dominicano, Solange Alvarado, recientemente explicó que parte de la raíz del problema está en la misma sociedad, ‘incluso desde el vientre materno se marcan diferencias entre el hombre y la mujer’.
Cuando un bebé nace, si es varón se pone el lazo azul en la puerta de la clínica, si es hembra, será rosado, con esto se fomenta la idea de que si es niña, debe tratarse de una manera y por ser niño, de otra, dijo.
La violencia, precisó, se construye en el sistema de creencias conocido como el patriarcado, donde sus grandes pilares descansan en la sobrevaloración del masculino y la desvalorización de lo femenino.
Alvarado explicó que el feminicidio es la última expresión de esos actos contra las mujeres, pero para llegar a ese punto donde los hombres dominicanos se creen con el derecho de matar a una mujer, es porque ha recorrido un camino donde ese pensar se ha construido.
Aunque la República Dominicana realiza esfuerzos y lleva a cabo importantes iniciativas para eliminar los abusos basados en género, lo real es que ese mal continúa y según el Sistema de las Naciones Unidas en esta nación, constituye una de las principales violaciones a los derechos humanos. De acuerdo con un estudio de esa institución internacional, esta nación no cuenta con una ley integral para prevenir, atender y sancionar esos desmanes que resultan en 200 homicidios de mujeres cada año.
Añade que las niñas también son víctimas de esos atropellos, de 86 feminicidios cometidos en 2016, ocho fueron adolescentes o niñas y en 2017, cuatro.
En la mayoría de los casos han sido niñas o adolescentes viviendo en pareja, o siendo ex parejas de hombres adultos mayores que ellas.
El mismo estudio reveló, como ocho de cada 10 escolares dominicanos valida la creencia de que ‘muchas mujeres con su conducta sacan de quicio a los hombres’ y por eso son víctimas de abusos.
El Procurador General de la República, Jean Alain Rodríguez, hizo público que en este país en este año se produjeron unas 55 mil denuncias por violencia de género y delitos sexuales lo cual ratifica el crecimiento de ese flagelo el cual no se detiene.
Planteó que el gobierno espera revertir ese nivel de brutalidad con acciones puntuales antes del cierre del 2017 pero valoró la prevención como el desafío más importante en la lucha llevada a cabo contra esos actos.
‘Es necesario actuar antes y no después de que ocurra el atropello’, sentenció.
Asimismo, manifestó que la solución de esa problemática está en manos de todos, ‘estamos todos involucrados, todos somos parte, cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de advertir, reconocer los signos, denunciar, mover a la acción y detener la mano de todo aquel que intente levantarla contra una mujer’.
Agregó que los abusos contra las mujeres tienen su origen en un comportamiento arraigado en creencias machistas, retrógradas y anticuadas sobre el rol de ellas en la sociedad.
El Procurador General señaló la necesidad de que los adultos reconozcan dentro de sus ambientes familiares los patrones transmitidos a sus hijos de forma inconsciente, códigos de conducta los cuales en un futuro incitan a la intolerancia, la posesión obsesiva y desencadenan los factores estimulantes de esos actos.
Por último, destacó que en la República Dominicana trabajan para fortalecer la convivencia social pacífica y armónica entre hombres y mujeres, bajo un esquema de equidad, respeto mutuo e igualdad.
La violencia de género es un comportamiento global, que requiere de una visión profunda, concluyó.
Son dolorosas las historias acerca de este fenómeno social, las que ocurren lo mismo en un barrio marginal, en una humilde casa o entre los muros de una espléndida mansión.
Lo cierto es que de acuerdo con la ONU, hasta el 70 por ciento de las mujeres han sido violentadas al menos una vez en su vida, por tanto este fenómeno califica como una pandemia global.
Lamentablemente, de acuerdo con cifras publicadas por la Organización Mundial de la Salud, un 38 por ciento de los asesinatos de mujeres que se producen en el mundo, son cometidos por su pareja.
Al hacerse palpable y verse el crecimiento de esa pandemia en el mundo, la ONU proclamó en 1993 la Declaración sobre la eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
Y más adelante en el año 1999, decidió establecer una fecha para que todo el mundo hiciera patente el rechazo a ese flagelo siendo el 25 de noviembre el día escogido.
La fecha -propuesta en su momento por el gobierno dominicano-, fue establecida en homenaje a las hermanas dominicanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, quienes fueron asesinadas en el año 1960 por esbirros del tirano Rafael Leónidas Trujillo.
Esperemos haya llegado el momento de transformar la realidad dominicana y la violencia de género, que tanto dolor deja en este país, quede como una rémora del pasado.
PL
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