miércoles, 20 de diciembre de 2017

La violencia sexual en la guerra

La violencia sexual en la guerra es considerada un delito grave y puede ser calificado como de lesa humanidad por la sevicia que se comete, contra quienes está dirigido y quienes los cometen. Pese a esto, ningún ejército del mundo está exento de haber cometido actos crueles e inhumanos
Pese a esto, ningún ejército del mundo está exento de haber cometido actos crueles e inhumanos, como tampoco han sido juzgados en Cortes Internacionales.
A pesar, de las graves denuncias que se han presentado en países como Haití con los cascos azules, en algunas regiones de África donde este ejército hace presencia, o las tropas norteamericanas no solo al interior de su ejército sino en países donde estos hacen presencia, en mayor o menor escala, dejando a su paso no solo destrucción y muerte sino mujeres niñas y niños violentados sexuales, sin olvidar que el ejército gringo cuenta con un fuero de inmunidad, quise decir impunidad que va por el mundo sin que ningún país puede ejercer justicia.
Casos como el denunciado por el profesor Renán Vega[i] para la comisión histórica, ocurrido en Melgar, donde un grupo de marines gringos no solo violaron a mujeres y niñas, sino que además hicieron video los que se vendían en las calles de esta región. Pese, a lo aberrante del caso los militares jamás fueron judicializados en Colombia, por el contrario fueron sacados del país con el más estricto cuidado.
Hasta el día de hoy en Colombia no existe una sola orden de extradición de estos violadores, ni siquiera el gobierno se ha comprometido a investigar el tema a fondo, lo que sí ha ocurrido es que estas mujeres y niñas han tenido que vivir un martirio, re victimizadas que huyen por las amenazas que existen sobre sus vidas, quién las amenaza o porqué, deberían ser temas de la justicia.
Por el contrario, un grupo de periodistas impúdicos, buscaron la forma de desvirtuar el valioso aporte del profesor Vega, descreditando las fuentes, sin mayores evidencias, sino las de congraciarse, con los violadores y los gobiernos de Colombia y EEUU, esto con el fin de minimizar el hecho y desviar la investigación, objetivo que se cumplió, hasta el momento el gobierno no ha mostrado como va la investigación, como tampoco ha refutado la investigación del profesor.
Pero este no es el único caso de violencia sexual que se ha presentado, no solo en razón del conflicto armado, sino al margen de este, por miembros de la fuerza pública, son innumerables los casos relatados por mujeres que han sido víctimas de batallones enteros que llegan a determinadas zonas, sin que exista un control o investigaciones, vale decir, que estas mujeres están desprotegidas por lo que hace imposible que muchas de ellas ni siquiera acudan a una entidad a poner en conocimiento lo ocurrido, no tienen garantías ni protección.
Por otro lado, están todas las mujeres y niñas que fueron torturadas sometidas a violaciones reiteradas por hordas de paramilitares, que se convirtieron en dios y ley de vastas zonas del país, sin que autoridad alguna se dieran cuenta lo que sucedía en estas zonas, a pesar, que algunas lograban escapar y dar aviso, la violencia sexual se ha utilizado por estos grupos, como forma de dominio social, de castigo y humillación no solo a las mujeres, niñas y niños, sino a todo su núcleo familiar. Existen testimonios de mujeres que relatan como las niñas eran vendidas a los paramilitares en las escuelas y colegios de estas zonas, sin existir un culpable, aunque se conozcan los culpables; caso como la escuela de Charalá[ii](Santander), siguen en la impunidad y la rectora que ejercía estas prácticas criminales esta libre.
Lo lamentable es que los medios de comunicación no investigaron ni sentado su voz de protesta, por el contrario estas mujeres deben padecer el dolor y la sanción social a la que son sometidas, no solo en el momento en que alguna de ellas tiene el valor de denunciar, se encuentra con funcionarios ineptos e ignorantes que no las atienden con el debido respeto, dignidad y solidaridad. Estigmatizándolas con las preguntas morbosas y dando a entender que algo estarían haciendo o vistiendo.
Pese a lo aberrante, estos temas carecen de una investigación periodística de un análisis más riguroso, la imparcialidad del periodismo se limita, a contar de forma impúdica, como la insurgencia de las FARC violentaron a cientos de mujeres que luego fueron obligadas a abortar. No dudo que estos hechos no se hayan presentado no en la medida que los medios los han mostrado como actos sistemáticos contra todas las mujeres que ingresaban a sus filas, si fuera cierto el número de mujeres sería mínimo y ninguna hubiera escogido ser madre o permanecer por largos años.
Por otro lado, la insurgencia hace parte de la sociedad y al interior de la sociedad a diario ocurren casos aberrantes como estos, que en muchos casos son perpetrados por los mismos familiares o padre, sin que estos casos indignen a políticos ni medios. Lo que cuesta creer es que en plena época de campaña política, la ultra derecha que además, tiene una larga estela de sangre y violaciones, ahora quiera usar como lema de campaña política a estas mujeres.
Mujeres que son violentadas en público al ser obligadas a contar en un noticiero de radio o televisión las aberraciones a las que fueron sometidas o en la plaza de Bolívar con un megáfono, hasta donde la morbosidad de políticos y periodistas ha vulnerado la dignidad de estas mujeres, quienes tienen que soportar las preguntas que Vicky o Salud les hacen, con las que lo único que se evidencia es que ellas buscan indagar, si el Paisa o Alape entre otros son buenos catres o no.
Pero como en época de campaña todo se vale, no importa utilizar a estas mujeres pobres y humildes con el propósito de que la FARC como partido político no les arrebate uno solo de sus votos, ya sabemos que allí reside su negocio, que además deja ingentes ganancias. Estos casos han ocurrido siempre, pues la guerrilla lleva más de 50 años y hace un año se la paz, porque hasta ahora se ventilan estos temas. Cuesta creer que a las periodistas les preocupa el bienestar de estas mujeres o peor aún al corrupto Ordoñez o a la eterna candidata Martha Lucia, entre otros cuantos inescrupulosos políticos, que se pelean como carroñas quien dio primero la noticia, bueno no se les puede pedir a estos personajes oscuros que respeten la dignidad, no saben que es.
El debate sobre la violencia sexual debería ser abierto y con respeto a todas las mujeres niñas y niños que han padecido este flagelo, sin que sea considerado un tema de campaña, pero también se debería invitar a los hombres a participar del debate, sin duda los culpables deben recibir una sanción judicial y moral, pero no solo los jefes guerrilleros que cometieron estos delitos sino todos y cada uno de los que han utilizado la violencia sexual como arma de guerra y satisfacción personal arropándose con el cobijo que da la impunidad o el fuero que el gobierno ha utilizado para los militares.
La pregunta es si a los políticos les importa tanto la dignidad de estas mujeres, por qué han condicionado la JEP o porque no aprobaron las circunscripciones de paz, para las víctimas, donde ellas mismas se puedan representar y acudir a los entes competentes, esto se llama doble moral y carroña humana.

[i] Vega, Renán Injerencia de los Estados Unidos, contrainsurgencia y terrorismo de Estado. En https://www.ambitojuridico.com/noticias/informes-de-memoria-historica/constitucional-y-derechos-humanos/los-12-ensayos-de-la

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