En lo que va del año, varios pilotos se negaron a despegar; la mayoría de los vuelos era a Afganistán.
Cada vez más pilotos de línea alemanes se niegan a despegar llevando a bordo a inmigrantes cuyas solicitudes de asilo fueron rechazadas y deben ser expulsados hacia su país de origen. Este año, más 220 vuelos de línea fueron suspendidos por esa razón.
Según el gobierno de la canciller Angela Merkel, el número exacto de vuelos hasta ahora fue de 222 y se trató, sobre todo, de aviones de Lufthansa y de su filial low-cost, Eurowings, que se dirigían a Afganistán, país acosado por la violencia terrorista integrista.
Alemania, que aceleró y endureció en los últimos meses el proceso de otorgamiento de asilo político a más de millón y medio de refugiados que entraron en su territorio desde 2015, considera a Afganistán como un país “seguro”. En consecuencia, sus ciudadanos no califican para obtener la autorización de permanecer y deben ser expulsados.
Los pilotos de línea -como muchas ONG, médicos y otros sectores de la población- denuncian la hipocresía gubernamental que, incluso en el sitio web de su ministerio de Relaciones Exteriores, aconseja a sus ciudadanos abstenerse de visitar Afganistán, “debido a la masiva presencia de talibanes y fundamentalistas del Estado Islámico “. El sitio recuerda asimismo el luctuoso atentado que sufrió la embajada alemana en Kabul, en mayo último, que provocó por lo menos 80 muertos y numerosos heridos.
Unos 40 de esos vuelos anulados debían partir del aeropuerto de Dusseldorf, en cuyo perímetro se multiplican las manifestaciones contra esas expulsiones. Pero el aeropuerto más afectado es Frankfurt, que ha visto las mismas protestas repetirse más de 140 veces.
“Eso prueba que hay una corriente de rechazo cada vez más grande a esas reconducciones forzadas”, afirma Birgitta Cos, militante de una organización de ayuda a los migrantes.
En su intento por resolver la crisis migratoria cuanto antes, en los primeros seis meses de este año, el ministerio del Interior alemán examinó la misma cantidad de pedidos de asilo que todo el resto de la Unión Europea (UE): 388.201 casos. Los resultados de las últimas elecciones generales de octubre, que aún no permiten a Angela Merkel formar su nuevo gobierno, y sobre todo el considerable aumento de la extrema derecha, obligaron a la canciller a endurecer su política migratoria.
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