Grupos violentos intentan crear caos y zozobra en la población al secuestrar hoy a un ómnibus y su conductor en la capital nicaragüense, según denunció la cooperativa de transporte colectivo Parrales Vallejos.
Individuos encapuchados bajaron alrededor de 60 pasajeros de forma violenta y con un arma de fuego puesta en la sien del chofer se llevaron el bus que transitaba por el sector Iván Montenegro, relató el presidente de la cooperativa, Juan Reyes.
Tras localizar y perseguir la unidad, compañeros de trabajo lograron el rescate en las inmediaciones de la Colonia Centroamericana, agregó el directivo.
Advertimos que no toleraremos más este tipo de acciones criminales, solicitamos protección de la policía para los usuarios y empleados del transporte público, declaró Reyes.
Durante el último mes, vándalos quemaron al menos cuatro unidades de esa cooperativa y otras 30 recibieron daños parciales, además de las amenazas constantes que reciben, conforme a denuncias de la fuente.
Nosotros queremos trabajar, pero ellos insisten en dejar sin transporte al pueblo, aseguró.
Semanas atrás se registraron agresiones a un ómnibus con niños discapacitados y a otro medio, en el cual se trasladaban participantes de una marcha convocada por el gobierno.
Los bloqueos de vías, actos vandálicos y enfrentamientos mantienen una tensión social, rechazada por gran parte de la población que reclama estabilidad.
El diálogo nacional por la paz se encuentra en suspenso ante la ausencia de un consenso entre el gobierno y sectores sociales, llamados a superar una crisis sociopolítica que amenaza con agudizarse a poco más de un mes de su estallido.
La víspera los opositores rechazaron una iniciativa propuesta por el Ejecutivo sobre la suspensión inmediata de todos los tranques en vías y carreteras, el cese de la violencia venga de donde venga y el respeto al derecho al trabajo.
En tanto, el canciller Denis Moncada advirtió que la agenda de 40 puntos que la contraparte pretendía imponer en el diálogo conducía a un golpe de Estado y violaba la Constitución de la República.
La ola de violencia se desató el 18 de abril contra reformas del Gobierno al seguro social, más tarde derogadas, pero que no detuvieron las protestas, a las cuales se sumaron otras demandas políticas.
Tales reformas sirvieron de pretexto para poner en marcha un plan dirigido desde el exterior con el objetivo de desestabilizar la nación y provocar el derrocamiento del gobierno nicaragüense, según observadores.
PL
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