Los ciudadanos también pidieron por la paz, la justicia y la dignidad en México. (Foto: lajornada.com.mx)
Más de 40 mil personas vestidas de blanco marcharon este miércoles al grito de “¡Queremos justicia!” para exigir al presidente mexicano, Felipe Calderón, y a las demás autoridades del país que pongan fin a la violencia e inseguridad que ha cobrado miles de vidas en los últimos cuatro años.
La marcha fue convocada por el poeta y escritor Javier Sicilia, cuyo hijo fue asesinado la pasada semana junto con otras seis personas por un grupo de presuntos sicarios.
Sicilia pidió frenar la ola de asesinatos, que regresen los militares a sus cuarteles y que dejen de llamar a las víctimas daños colaterales.
Afirmó que efectuará un plantón permanente en el municipio de Cuernavaca, municipio ubicado a 85 kilómetros al sur de la Ciudad de México (capital), donde se colocó una ofrenda floral en memoria de su hijo.
Instó al Ejecutivo mexicano para que frente al pueblo de Morelos (sur) presenten ante la justicia a los asesinos de su hijo, Juan Francisco Sicilia Ortega, de 24 años de edad y de las otras seis víctimas fatales el próximo miércoles.
Dijo que hasta el momento sólo le han informado que han identificado a dos de los asesinos y que se han girado órdenes de aprehesión contra ellos, pero “aún permanecen libres y que desconocen los móviles de este asesinato irracional”.
“Esto no basta, por eso he decidido quedarme aquí en plantón en esta plaza, delante de las ofrendas que han levantado por nuestros hijos, junto con todos aquellos que quieran acompañarme, y en una oración, hasta el miércoles 13 de abril, último plazo que le damos al Gobierno de Marco Adame y a Felipe Calderón para que presenten ante la justicia a los asesinos de nuestros hijos”.
Advirtió que si no presentan a los verdaderos responsables de la muerte de estos jóvenes convocarán a una marcha en el Distrito Federal para exigir la renuncia de Adame y un alto “a la absurda guerra” de Calderón contra el narcotráfico.
Afirmó que “urge devolverle la dignidad a esta nación y combatir la violencia con educación, cultura, poesía y empleo”.
El cadáver de Juan Francisco Sicilia Ortega apareció el 28 de marzo con señales de haber sido torturado y asfixiado, junto a los cuerpos de otras seis personas dentro de un auto en el municipio de Temixco, cerca de la ciudad de Cuernavaca.
Los ciudadanos que también pidieron por la paz, la justicia y la dignidad recorrieron las principales calles de Cuernavaca, municipio ubicado a 85 kilómetros al sur de la Ciudad de México (capital).
La marcha de Cuernavaca tuvo réplicas en una veintena de ciudades del país, incluidas la capital mexicana, Cancún (este), Ciudad Juárez (norte), Guadalajara (suroeste), Monterrey (centro-norte), Oaxaca y Puebla (ambas al sureste), entre otras.
Fosas comunes en Tamaulipas
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) inició una queja de oficio e investiga el homicidio de 59 personas encontradas en fosas clandestinas el municipio de San Fernando, en el estado de Tamaulipas (este).
La CNDH solicitó a la Procuraduría General de la República (PGR) y a la Procuraduría General de Justicia de la entidad medidas cautelares para preservar los indicios y garantizar la identificación de los cuerpos.
Exhortó a las autoridades de los tres niveles de gobierno para que “las acciones de investigación, procuración e impartición de justicia” se realicen de manera pronta y eficaz.
Reiteró su preocupación por las constantes violaciones al derecho a la seguridad pública, "el cual debe ser garantizado a todas las personas que se encuentran en el territorio nacional".
El 24 de agosto de 2010 se hallaron en San Fernando los cuerpos de 72 migrantes ejecutados a manos de la organización criminal Los Zetas.
La ola de violencia por parte de bandas criminales continúa imparable en todo el país norteamericano particularmente en Ciudad Juárez.
Desde el 2006, año en que Calderón llegó al poder, se han totalizado, según datos de la Procuraduría General de México, 24 mil 826 fallecidos, la mayoría en crímenes relacionados con el narcotráfico.
Pese a que el Gobierno ha desplegado más de cinco mil soldados y policías federales en toda la línea fronteriza con Estados Unidos, las autoridades no han sido capaces de frenar la violencia.
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