miércoles, 4 de mayo de 2011

Cuba : Estados Unidos y la ciberguerra


La administración de EE.UU. utiliza otra herramienta en Internet para la subversión contra Cuba
Sonia Salanueva González 
Los gobiernos de Estados Unidos han utilizado todas las variantes posibles para agredir a Cuba desde el   triunfo de la Revolución en enero de 1959 y tratar de revertir los logros alcanzados de un país socialista.
Una de las fórmulas más recientes, sin abandonar otras, es la guerra en el ciberespacio o ciberguerra, para la cual implementaron la denominada “Think Cuba” (pensar Cuba), que convoca, según declaran sus organizadores,   a “líderes selectos en el activismo por los derechos humanos y las libertades democráticas fuera de Cuba, para convertirse en embajadores educados en movimientos que trabajan por la democratización y el empoderamiento de los cubanos. Los participantes se convertirían en una red de información, que a partir de sus experiencias en el activismo, mediante la obtención de conocimientos sobre Cuba y     tácticas de expertos de la industria, fortalecerían su impacto global como “gestores del cambio” (Changemakers).”
Afirman que “este grupo de trabajo internacional apoyará colectivamente los esfuerzos de los principales activistas de Cuba y tendrán la oportunidad de presentar iniciativas que pondrán   en práctica sus ideas. Juntos, con experiencia combinada y una perspectiva global, ellos   impulsarán la búsqueda de la libertad y la mejoría de las circunstancias para los cubanos. {Pensar} CUBA producirá un plan integral para introducir innovaciones y soluciones para compartir… Esta innovadora convocatoria acogería a un equipo de activistas globales colaboradores en cuestiones de información y nuevas tecnologías en Internet  y ayudaría a los activistas cubanos a alcanzar sus objetivos, para “juntos, con la pericia combinada y una perspectiva global” impulsar la búsqueda de la libertad y el mejoramiento de las condiciones de los cubanos.”
Según los organizadores, “la cumbre incluiría activistas exitosos en construir movimientos destacados, usando tecnologías para el avance de sus causas, (…) y que están dispuestos a abrir sus corazones para aprender sobre Cuba, mientras trabajan juntos, para desarrollar iniciativas que ayuden a los activistas (demócratas) cubanos a alcanzar sus objetivos”.
Analistas norteamericanos plantean que ya desde   la era de la guerra fría, Estados Unidos comenzó a darse cuenta   que existen límites en la eficacia de una fuerza militar potente para el logro de objetivos no militares.
Es así como diferentes administraciones estadounidenses han evaluado distintas fórmulas en su política exterior. El actual gobierno asume la Doctrina de Obama o Poder Inteligente, con sus componentes,   Poder Blando y Poder Duro. Think Cuba es una manifestación del Poder Blando.   No obstante,   el imperio norteamericano considera que la opción militar siga siendo probablemente la dominante, por lo que aplicarían   los instrumentos   de los dos poderes de una manera balanceada, armónica y ágil, según las circunstancias lo aconsejen.
  Entre los asuntos   centrales del Poder Inteligente está el control de las redes para el intercambio. El gobierno de EE.UU. considera que dentro de esta doctrina “el ciberespacio  incluye algunos de los terrenos más debatidos en la guerra de las ideas, así como  en los campos de batallas (discutibles) en una guerra asimétrica”. Aprecia que el ciberterrorismo es una  prioridad de la seguridad nacional de EE.UU.
Como siempre la administración norteamericana y los elementos de poder justifican sus acciones en base a la “democracia”, “protección de los Derechos Humanos” y “la protección de la seguridad nacional norteamericana” y esgrimen cualquiera de ellos según les convenga.
En el caso de Cuba los argumentos están en función de la “democracia” y el “respeto a los derechos humanos” y a partir de ello se arrogan el derecho de realizar cualquier tipo de acción injerencista y desestabilizadora, entre otras “Think Cuba”
La organizadora de “Think Cuba” ,Stephanie Rudat Passion, tiene sociedad con la empresa Absot Marketing, especializada en la línea de comunicaciones y digital, así como en facilitar eventos de alto perfil. Se originó en Venezuela y más tarde migró a Panamá, la empresa Absot brinda servicios a negocios  y personas en todo el mundo. “El equipo de Absot se enorgullece de apoyar {Pensar} CUBA, garantizando un espacio continuo, seguro y efectivo para los participantes a la red, aprender y crecer.”
Se plantea que Stephanie ha descubierto el equilibrio de las tácticas  digitales mezcladas  frecuentemente innovadoras entre   las causas y   las plataformas digitales sostenidas en el sector con fines de lucro. A partir de la influencia de las tecnologías de conectividad en la participación cívica, Stephanie co-fundó   la Alianza de Movimientos Juveniles (AYM) para sintetizar las mejores prácticas de éxito de los movimientos digitales armarlos con las herramientas y recursos para ampliar sus esfuerzos. La AYM la definen como “una red mundial que promueve el uso innovador de la tecnología para salvaguardar los derechos humanos, promover la buena gobernabilidad y la participación cívica fomentada”.
La materia prima de los “changemakers” o gestores de cambio que dicen trabajar   en función de “la lucha por la democracia”, es la juventud, sector de la sociedad   susceptible  y  ávido  por   las nuevas tecnologías e Internet.
Para poder entender mejor “Think Cuba” como parte del movimiento de “changemakers” solo hay que mencionar algunos de los 23   socios o patrocinadores de este último, entre los que se encuentran el Departamento de Estado de los EE.UU., el Departamento de Desarrollo de Vivienda y Urbanísmo; Rocketfeller Foundation; el Fondo de Inversiones Multilaterales del Banco de Desarrollo Interamericano; el Grupo de los 20; Nike, Fundación General Electric; Exxon Mobile entre otros.
Luego no cabe duda de cuáles son los intereses que están detrás de “Think Cuba” y los propósitos de subversión a través de la red de redes o ciberguerra. No por gusto, la jefa de la política exterior de EE.UU., Hillary Clinton, afirma y reconoce implícitamente que el derecho al libre acceso a Internet como parte del respeto a los derechos es un arma ideológica.
Y agrega: “en el próximo año, la Administración completará una estrategia internacional para el ciberespacio, trazando el rumbo para continuar este trabajo en el futuro. Esta es una prioridad de política exterior para nosotros, una que sólo ganará en importancia en los próximos años”
Como  se puede apreciar la ciberguerra es una política de la administración de Estados Unidos, una fórmula más edulcorada de la agresión a Cuba, con una gran carga de cinismo al esgrimir como pretexto la supuesta violación de los Derechos Humanos y la democracia en la Isla.
Ah, pero habría que preguntarse por qué aplican el bloqueo a Cuba también en las  comunicaciones, para después argumentar que el gobierno cubano restringe el acceso a Internet y montar toda una campaña.
De nada hay que asombrarse cuando de la gran potencia imperial se trata, se siente impune y eso lo demuestran las agresiones militares y el asesinato de personas civiles inocentes en Libia o cualquier otro lugar, con el cínico pretexto de salvaguardar la democracia y los derechos humanos.

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