domingo, 8 de mayo de 2011

Escépticos ante muerte de Bin Laden ¿paranoia o sentido común?



Artículo perteneciente a la sección "Desmonta los medios"


El 8 de Octubre de 1967, el revolucionario argentinoErnesto "Ché" Guevarafue capturado por los rangers bolivianos con la ayuda de la CIA y de los boinas verdes de EEUU, yejecutado en la pequeña comunidad de “La Higuera”. Sus asesinos posaron junto al cadáver, como un trofeo del que tomaronnumerosas fotografías en blanco y negro para demostrar su muerte ante la opinión pública. Treinta años después, técnicos cubanos y argentinos localizaron una fosa común e identificaron los restos del Che y de seis de sus compañeros de la guerrilla boliviana, que fueron trasladados a Cuba.
Cuarenta y cuatro años después, en plena vorágine de las telecomunicaciones, el nuevo enemigo número uno del “mundo libre” -salvando las distancias- es localizado y ejecutado. La premisa de que en las democracias modernas cualquier persona cuenta con derecho a un juicio -aunque sea injusto- sigue sin cumplirse, pero además, en esta ocasión EEUU no necesita mostrar su cadáver para convencer a gran parte de la opinión pública de que, en efecto, lo mataron y está muerto. La célebre frase de que una imagen vale más que mil palabras se cumple con frecuencia, pero ¿vale una imagen más que cientos de miles o millones de palabras, diseñadas a partir de informaciones fundamentadas en la creencia más o menos ciega de los comunicados del gobierno de los EEUU? Es muy posible que no para muchas personas, y tal vez por eso, el premio Nobel de la Paz, Barack Obama, ha comunicado a la opinión pública mundial que no mostrará las fotos de Bin Laden. Para los media mass basta con su palabra: “no existe la más mínima duda de que matamos a Osama bin Laden (...) no le volveréis a ver caminando por la Tierra (…) no tratamos estas cosas como un trofeo”. Y lo que es más importante [enseñar las imágenes] “no supondría ninguna diferencia”, es decir, ya hemos convencido a la mayor parte de los estadounidenses (que son los que importan) con el envoltorio. Nadie podrá probarnos si el tira y afloja previo y las excusas para no enseñar las evidencias fueron parte de un teatro sin actor principal. Nadie podrá negar que la tensión de la fotografía récord en visitas de Flickr es auténtica. Obama y su equipo de colaboradores viendo en vivo la operación quirúrgica... pero ¿era Osama Bin Laden quién habitaba la casa en Abbottabad? ¿O era quizás cualquier otro cabecilla de Al Qaeda? "Tenía una barba como la de Osama, pero no era Osama", decía un habitante de esa ciudad, un tal Gulalá, sobre el dueño de la vivienda, un tal Arshad Jan, según El País. Nadie vio, sin embargo, a Bin Laden. Seis años encerrado en el mismo lugar, junto a importantes estructuras militares de Pakistán, sin trasladarse, pese a ser la persona más buscada del mundo.
Eso sí, contamos muchos detalles, hilvanados lentamente por los medios de comunicación de masas, y con ellos, aumentan las contradicciones;
Tenemos imágenes de Reuters “del cuerpo sin vida de tres de los individuos que las fuerzas especiales de EEUU encontraron en su camino hasta el piso donde (supuestamente) estaba Bin Laden”; tenemos una reconstrucción en 3D del asalto y de cómo lo tiraron al mar “enterrado según el rito islámico”, pero sin tierra y sin mirar a la Meca; tenemos más de 10 millones de resultados en Google al escribir “99,9% Bin Laden”, donde una escasa proporción de ellos se cuestiona cómo es posible realizar una prueba de ADN en pocas horas en lugar de en pocos días “en un complejo a las afueras de la capital de Pakistán”, donde tenían muestras de ADN del cerebro preservado de la hermana de Bin Laden, para luego volar hacia el lugar donde fue “enterrado en el mar”. Hay, sin embargo, alguna web que ya afirma que pudo llevarse a cabo en menos de tres horas; tenemos el testimonio de su hija menor, Safia, a la que nadie ha visto, asegurando que lo ejecutaron tras ordenarle tumbarse en el suelo boca abajo; tenemos una casa cochambrosa de “un millón de dólares”; tenemos un líder de Al Qaeda escondido tras su mujer, que se “resistió desarmado”; tenemos dos mujeres y seis niños, o puede que 16 personas, según Al Arabiya, o 23 niños y 9 mujeres, según Associated Press,abandonados allí por los soldados estadounidenses porque no había sitio en el helicóptero para ellos, recogidos algunos por las fuerzas de seguridad pakistaníes y trasladados a Rawalpindi, cerca de Islamabad. Algunos de ellos, familia de Bin Laden perdida para la inteligencia estadounidense durante todos estos años; por tener, tenemos hasta el “retrato robot del SEAL que apretó el gatillo”, y a un preso de Guantánamo que amenazó en 2004 a los agentes de la CIA y del FBI con estas palabras:"si Osama bin Laden fuera capturado o asesinado la bomba [nuclear] sería detonada en Estados Unidos". No es el argumento de una película de acción de esas que acojonan, made in USA, se trata de El País. Tenemos el relato final de otra de las noticias de El País“(...) El ejército paquistaní accedió al recinto una hora después del ataque estadounidense (…) Cuando llegaron los soldados y las agencias de seguridad paquistaníes, los comandos de EEUU ya sobrevolaban las montañas del cinturón tribal de Pakistán, de camino a Afganistán” ¿Pero no habíamos quedado en que pararon en las afueras de Islamabad para hacer las pruebas de ADN? Camino de Afganistán para tirarlo ¿al mar? ¿Dejaron muestras de sangre de Bin Laden a alguien que se trasladó por tierra al complejo donde realizaron las pruebas de ADN en las afueras de la capital pakistaní? ¿O lo trasladaron a un portaaviones o buque de guerra estadounidense con laboratorio de ADN? Todas estos supuestos pueden leerse en la prensa y, evidentemente, sólo uno o puede que ninguno sea verdadero.
No nos sorprenden los métodos antidemocráticos que llevaron al gobierno de EEUU aejecutar a los hombres que habitaban la casa de Abbottabad ["La misión era matar a Bin Laden, no capturarlo"]. Es de sobra conocido el terrorismo de Estado practicado por EEUU durante la historia contemporánea, aunque no es tan célebre como lasmentiras y montajes divulgados desde la Casa Blanca. Ejemplos hay muchos (1) (2) (3) (4) (5)... Es por eso que no deberíamos acusar a la ligera a aquel que cuestiona atentados contra el sentido común, al que descubre contradicciones o hechos demasiado extraños que deben analizarse con espíritu crítico. Y etiquetarlo con el estigma del"paranoico".

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