Unidades militares europeas y de la OTAN dejaron morir de hambre y sed a 61 inmigrantes africanos cuyo barco sufrió una avería cuando se dirigía a la isla de Lampedusa. Un sacerdote denuncia que ya van más de mil muertos en el mar huyendo de la guerra imperialista en Libia.
Kaos. Derechos Humanos
La OTAN deja morir a decenas de inmigrantes en el Mediterráneo
Unidades militares europeas y de la OTAN dejaron morir de hambre y sed a 61 inmigrantes africanos cuyo barco sufrió una avería cuando se dirigía a la isla de Lampedusa, según informa el diario "The Guardian". Los militares no atendieron las llamadas de auxilio.
GARA
LONDRES-. El diario británico "The Guardian" informa hoy de que un barco que llevaba a bordo 72 inmigrantes, entre ellos 20 mujeres y dos niños, sufrió una avería a finales de marzo tras partir del puerto de Trípoli con dirección a la isla italiana de Lampedusa.
A pesar de las señales de alarma enviadas a la guardia costera italiana y de que el barco logró contactar con un helicóptero y un buque de guerra de la OTAN, nadie trató de rescatar a sus ocupantes, según denuncia el diario británico.
Sólo once personas que viajaban en el barco, que estuvo a la deriva en alta mar durante 16 días, lograron sobrevivir.
"Cada mañana, al despertarnos, encontrábamos más cadáveres, que dejábamos a bordo veinticuatro horas antes de arrojarlos al mar", relató al periódico Abu Kurke, uno de los supervivientes.
El derecho marítimo internacional obliga a todos los buques, incluidos los militares, a atender las llamadas de socorro de los barcos que se encuentran en las proximidades y a prestar auxilio.
Las organizaciones defensoras de los derechos de los refugiados han exigido una investigación de lo ocurrido y la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) ha solicitado mayor cooperación para salvar vidas entre los buques comerciales y militares que surcan las aguas del Mediterráneo.
La OTAN afirma que investiga la denuncia
La portavoz de la OTAN, Carmen Romero, ha señalado que están investigando la denuncia de "The Guardian" en declaraciones a la agencia Reuters y que esperan "tener una reacción pronto".
Romero ha asegurado que "los barcos de la OTAN son plenamente conscientes de sus responsabilidades en lo que respecta al derecho internacional marítimo y el salvamento de vidas en el mar".
"La OTAN ha cometido un caso evidente de omisión de socorro"
El sacerdote etíope Moses Zerai, que denunció la omisión de socorro de los barcos de la Alianza, asegura que desde que estalló la guerra en Libia han muerto más de 1.000 personas huyendo del conflicto
El sacerdote etíope Moses Zerai, director de la ONG Habeshia, que el pasado 14 de abril denunció la desaparición de la patera que llevaba a bordo a 72 inmigrantes a los que la OTAN dejó morir de sed y hambre, según The Guardian, se encuentra en Malta visitando a los cerca de 600 prófugos somalíes, etíopes y eritreos que han llegado a la pequeña isla del Mediterráneo huyendo de la guerra en Libia. Por teléfono, el cura explica a EL PAÍS que las fuerzas de la OTAN han "cometido un caso evidente de omisión de socorro", y afirma que "es urgente que la Unión Europea y la OTAN hagan una investigación seria y transparente que determine las responsabilidades".
"Los supervivientes han contado que el helicóptero les lanzó agua y galletas y que luego no enviaron más ayuda", explica Zerai. "El portaaviones francés estuvo a 400 metros de ellos pero no hizo nada; durante la travesía los prófugos vieron otros barcos militares que tampoco actuaron. Es necesario que la OTAN aclare si la alarma fue lanzada o no a las autoridades marítimas italianas o maltesas para conocer quién es el responsable, averiguar quién sabía dónde estaba la patera y por qué nadie prestó ayuda".
"Esperamos que sea solo un caso de negligencia, porque si la decisión fue tomada de forma deliberada desde arriba sería todavía más grave", afirma Zerai. "La OTAN y Europa deben dar una respuesta trasparente. Hace falta claridad y justicia", añade.
Más de mil muertos
La tragedia de los 72 prófugos africanos no es, ni mucho menos, la única sucedida desde que estalló la revuelta de Bengasi. El director de Habeshia afirma que en estos tres meses "han muerto ya más de 1.000 personas, en su mayoría somalíes y etíopes, tratando de alcanzar por mar las costas europeas". La cifra incluye el último naufragio, el de una barcaza que portaba cerca de 600 inmigrantes frente a las costas libias, el viernes pasado. Solo hubo 130 supervivientes.
Zerai recuerda además el caso de "la primera barca zarpada de Libia tras el inicio del bloqueo, el pasado 22 de marzo. Iban 335 personas a bordo, y algunos familiares lanzaron la alarma. Creemos que no llegaron a dejar las aguas libias, pero 15 días después aparecieron 200 cadáveres en la costa, y algunos de ellos, según han dicho los testigos, tenían heridas de arma de fuego".
Un eurodiputado italiano ha solicitado al Parlamento Europeo la apertura de una comisión de investigación. "Lo único que sabemos es que 200 cuerpos fueron enterrados a toda velocidad y que 130 personas desaparecieron", afirma Zerai.
Los miles de eritreos, etíopes y somalíes que se encontraban en Libia cuando estalló la revolución, que Zerai cifra en unas 6.500 personas, son los grandes olvidados de la guerra en Libia. Su dramática situación -muchos de ellos fueron desalojados de sus casas porque sus caseros eran confundidos con mercenarios- fue denunciada por el arzobispo de Trípoli, Giovanni Martinelli, a petición de Zerai, antes incluso de que empezaran los bombardeos de la OTAN.
"Pedimos a la Unión Europea que ayudara a evacuarlos, pero solo Italia transportó a 110 personas", recuerda Zerai. "El resto no hizo nada. De forma que algunos huyeron a Túnez y a Egipto, y el resto ha tratado de escapar por mar. Si la UE hubiera escuchado esa petición de socorro, esos más de 1.000 muertos, muchos de ellos niños y mujeres, estarían ahora refugiados en diversos países".
"La UE se ha comportado de forma pésima", afirma el sacerdote africano. "No ha sabido gestionar las revueltas, ni ayudar a los pueblos en sus peticiones de democracia y libertad, ni dar una acogida digna a los refugiados. No sé si es por incapacidad o por falta de voluntad política, pero el hecho es que las víctimas de esa actitud vergonzosa han sido los prófugos. Ellos ven a Europa como el lugar donde se respeta el derecho de asilo. Pero la UE no está a la altura, y solo trata de resolver el problema con acuerdos bilaterales, como si eso lograra frenar a las mafias que transportan a los inmigrantes mientras en realidad las refuerzan y solo aplaza el problema, porque siempre buscan nuevas rutas".
La última vergüenza es Malta. Más de 400 prófugos de guerra han sido "acogidos" en un hangar del aeropuerto, y 200 más están detenidos en centros de retención. "Esto parece el norte de África, no Europa", dice Zerai. "Los niños se están poniendo enfermos porque viven entre grasa y veneno para ratones. Las tiendas de campaña están dentro de un hangar donde hace un calor insufrible. Los servicios de ayuda son completamente insuficientes, algunas mujeres han sufrido sufren episodios de violencia sexual, y gente que tiene derecho al asilo político están metidos en cárceles financiadas con fondos europeos donde no tienen ni derecho a una hora de paseo. Esta es la realidad de la Europa del siglo XXI".
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