EEUU y países aliados tienen un plan macabro: despoblar el planeta, utilizando toda su tecnología de guerra y muerte.
Sergio Delgado
Lonnie Wolfe escribió un informe en 1981 titulado La política de despoblación de Haig-Kissinger, en el que señala:
“Por medio de las investigaciones del EIR [Revisión Ejecutiva de Inteligencia] han descubierto un aparato de planificación que opera fuera del control de la Casa Blanca, cuyo único propósito es reducir la población mundial a 2 mil millones de personas por medio de guerras, hambre, enfermedades y cualquier otro medio necesario”. Esto fue escrito en 1981. ¿Podemos afirmar que las cosas han cambiado?
Con poca evidencia sólida alrededor del mundo, resulta claro que cualquiera que haya leído este informe en 1981 lo habría catalogado como una Loca Teoría de Conspiración. En 1981 incluso todos los que sabemos ahora hubiéramos hecho lo mismo. Sin embargo, estamos en junio del años 2011, la negación de lo que está sucediendo a nuestro alrededor ya no es una opción viable, excepto para los más ilusos. La política de despoblación está activa y en marcha, y es la culminación de un largo plan por parte de la psicopática élite del mundo. Hemos estado observando las señales durante años, y los eventos de este mes lleva la realidad un paso más cerca de un resultado final, a medida que la guerra contra los pueblos se abre en todos los frentes. Todo lo que pueda destruirnos física, mental, psicológica y espiritualmente ha sido puesto en marcha. Mediante la fuerza bruta de la guerra, programas de eugenesia disfrazados de prácticas médicas, alimentos biológicamente modificados, la depredación y destrucción total de los recursos, propagación de toxinas y guerra psicológica, el peligro de la brutal opresión universal se vuelve claro y actual.
Dos tercios de los 1000 millones de personas con hambre en el mundo viven en Asia, donde la escasez de agua ha provocado una reducción de alimentos sin precedentes que amenaza la capacidad del continente para alimentar a su creciente población. En otros lugares, un clima extraño - grandes inundaciones en Australia, Argentina y Kenya, extensas lluvias en el noreste de EEUU, temperaturas de verano congelantes en Canadá - está contribuyendo a la formación de una tormenta perfecta con incremento en los precios de los alimentos y aumento de la carestía, un desastre de proporciones verdaderamente pandémicas. En el año 2003 el Pentágono emitió un informe titulado Escenario de un Abrupto Cambio Climático y sus Implicaciones para la Seguridad Nacional de EEUU, indicándonos de qué manera se desarrollarán las cosas en el siglo 21:
Un abrupto cambio climático posiblemente le exija a la capacidad de sustentabilidad mucho más allá de sus límites precarios. Y existe una tendencia o necesidad natural para que la capacidad de sustentabilidad se realinee. A medida que el abrupto cambio climático disminuya la capacidad de sustentabilidad del mundo, probablemente se emprendan agresivas guerras por comida, agua y energía. Muertes por guerra, así como también por hambre y enfermedad, disminuirán la cantidad de población, lo cual con el paso del tiempo, re-equilibrará la capacidad de sustentabilidad. Sin contar que EEUU está al mando de una tecnología que controla el clima, tan grande es este proyecto, que parece algo de ciencia ficción, por supuesto que todo aquel que menciona esto se le tilda de amante de la Teoría de la Conspiración. EEUU hace pruebas, tiene sus antenas, su proyecto para bombardear las altas capas de la alta atmósfera. El peor enemigo que cuenta ahora la humanidad es la misma Naturaleza. Y más si existe una potencia como EEUU con sus aliados empeñados es tomarse el planeta para ellos, con todos sus recursos.
El Pentágono es el epicentro del complejo militar-industrial de EEUU, y por lo tanto, es uno de los mayores consumidores de recursos del planeta. Este hecho difícilmente haga del Pentágono una fuente imparcial sobre lo que es y lo que no es la "capacidad de sustentabilidad" de los recursos de la Tierra. Este informe también fue escrito poco después de que EEUU lanzara su segunda guerra de recursos del siglo 21 (la invasión de Irak). Por lo tanto, no es de sorprender que la presentación de la "reducción de la población" como una acción re-equilibrante en un mundo en perpetua guerra por recursos en decadencia como el petróleo, los alimentos y el agua, se haya convertido en un credo político para aquellos que desean permanecer en el poder. La siguiente perla de sabiduría se le atribuye a Henry Kissinger: "Quien controla el suministro de alimentos controla al pueblo; quien controla la energía puede controlar continentes enteros; quien controla el dinero puede controlar el mundo". Por si quedan dudas sobre el significado del término "capacidad de sustentabilidad", aquí tenemos al Dr. Hans Joachim Schellnhuber, quien ha asesorado a la canciller alemana Ángela Merkel sobre política climática y es profesor en la Universidad de Oxford, explicando que la despoblación masiva sería la esperanza contra el "calentamiento global", mientras la gente pasa hambre por los devastadores efectos del desabastecimiento de alimentos: "Desde un punto de vista muy cínico, es un triunfo para la ciencia porque al menos hemos estabilizado algo - los estimativos para la capacidad de sustentabilidad del planeta, esto es menos de mil millones de personas Que triunfo".
Por supuesto, lo que realmente quiere decir es que este "cínico triunfo" ha sido todo este tiempo uno de los objetivos detrás de la agenda del calentamiento global provocado por el hombre. Que uno de los elementos esenciales para la vida pueda transformarse en un arma de control fue señalado explícitamente por un representante del grupo coreano Daewoo mientras justificaba el intento de compra de los derechos de grandes territorios de cosecha en Madagascar:
Por supuesto, lo que realmente quiere decir es que este "cínico triunfo" ha sido todo este tiempo uno de los objetivos detrás de la agenda del calentamiento global provocado por el hombre. Que uno de los elementos esenciales para la vida pueda transformarse en un arma de control fue señalado explícitamente por un representante del grupo coreano Daewoo mientras justificaba el intento de compra de los derechos de grandes territorios de cosecha en Madagascar:
"Queremos plantar maíz aquí para garantizar nuestra seguridad alimentaria. El alimento puede ser un arma en este mundo", dijo Hong Jong-wan, directivo de Daewoo. "Podemos exportar las cosechas a otros países o enviarlas a Corea en caso de una crisis alimentaria".
De todas maneras, estas cosechas pueden ser negadas a terceros (la población coreana quizás, u otro país) ya que el almacenamiento de alimentos se vuelve una necesidad esencial en los juegos de guerra de los psicópatas. La visión de exportar alimentos para que otro país a miles de kilómetros de distancia pueda utilizarlos como arma de destrucción económica, sin dudas contribuyó a la furia del pueblo malgache contra su corrupto gobierno que fue derrocado a principios de año con un golpe de estado apoyado por los militares. Este acuerdo puede haber fallado, pero globalmente se suceden operaciones similares a medida que las grandes corporaciones adquieren las tierras de cosecha que quedan disponibles.Disfrazado de palabrerío político sobre asistir a países en desarrollo mediante inversiones en infraestructura agrícola, en realidad estamos siendo testigos del "robo de la tierra" mientras ambos intereses promueven (y luego responden a) temores de escasez concentrando la producción de alimentos.
La burbuja financiera ahora se ha desplazado desde el sector inmobiliario hacia el mercado de productos o productos de consumo, especialmente a la producción global de alimentos. Debido a lo que el dinero le hizo al mercado inmobiliario, las cosas no se ven bien para las comunidades locales cuyas tierras están siendo compradas por los gobiernos, fondos de inversión soberanos y de cobertura, y otros inversores a la caza de un valor real en una economía hiper-real.
El interés mutuo es lo opuesto a lo que buscan los países inversores, que es un acuerdo de una sola posibilidad, en el cual las poderosas naciones e inversores, perdidos en una bruma de inútil consumo y corrupción económica y política, rastrean el mundo en búsqueda de ingenuos huéspedes de los cuales alimentarse. Y mientras haya arroz, azúcar, aceite de palma u otros combustibles para sus pesados cuerpos o vehículos, no están interesados, literalmente, en la salud y bienestar de estos huéspedes. Ellos son "supervivientes" en el sentido más puro de la palabra, y los supervivientes simplemente no comparten cuando pueden acaparar más.
"Los inversionistas observan esta situación como tierras y agua limitadas en un mundo de creciente escasez", argumentó Woodall, "que es una razón por la cual lo están haciendo tan activamente. Están trasladando la mentalidad de la cosecha al siglo 21 y sacando a la gente de sus tierras. Esto es una locura.
El interés mutuo es lo opuesto a lo que buscan los países inversores, que es un acuerdo de una sola posibilidad, en el cual las poderosas naciones e inversores, perdidos en una bruma de inútil consumo y corrupción económica y política, rastrean el mundo en búsqueda de ingenuos huéspedes de los cuales alimentarse. Y mientras haya arroz, azúcar, aceite de palma u otros combustibles para sus pesados cuerpos o vehículos, no están interesados, literalmente, en la salud y bienestar de estos huéspedes. Ellos son "supervivientes" en el sentido más puro de la palabra, y los supervivientes simplemente no comparten cuando pueden acaparar más.
"Los inversionistas observan esta situación como tierras y agua limitadas en un mundo de creciente escasez", argumentó Woodall, "que es una razón por la cual lo están haciendo tan activamente. Están trasladando la mentalidad de la cosecha al siglo 21 y sacando a la gente de sus tierras. Esto es una locura.
Las tierras de cosechas están siendo saqueadas y eliminadas de la producción y del suministro local de alimentos mediante acuerdos sellados en absoluto secreto en países donde el acceso público a la información sobre la venta de su propia tierra es inexistente. Estas tierras están concentrándose en manos de financieras internacionales, conglomerados multinacionales y agencias gubernamentales. Estos fondos buitres están aumentando la escasez de alimentos mediante la capitalización de perspectivas negativas por la venta de commodities esenciales para la vida. Solo en los últimos meses un área de la "mitad de toda la tierra de cultivo de Europa" ha sido vendida en África y el Sudeste de Asia. El año pasado vimos el estallido de disturbios por la comida . Mientras tanto la crisis financiera ha arrojado a otros cien millones a las fauces de la desesperación. Para la élite estas personas son "inútiles comilones", sin embargo, en realidad son principalmente trabajadores agrícolas con hambre. Eso es así: la mayoría de nuestra comida (en "países desarrollados") es producida por los que están en mayor riesgo a causa de la despiadada codicia de la élite del poder, cuyas limitadas facultades de percepción y pensamiento deseoso les impide darse cuenta que ellos también serán arrastrados por el tsunami de levantamiento social que seguramente sucederá. EEUU y los países aliados tienen sus planes concretos para despoblar el mundo. Una de ellas es por la guerra, la amenaza esta vigente, los motivos persisten. Irán, Libia, pueden ser la chispa que prenda el fuego. La tecnología HAARP HAARP, High Frequency Advanced Auroral Research Project. Traducido al español sería, Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia. En unas instalaciones militares situadas en Gakona, Alaska, se está desarrollando un misterioso proyecto el cual consiste en 180 antenas que funcionando en conjunto será como una sola antena que emitirá 1 GW =1.000.000.000 W, es decir un billón de ondas de radio de alta frecuencia las cuales penetran en la atmósfera inferior e interactúan con la corriente de los elecrojets aureales. ¿Es esa tecnología la que generó el terremoto en Japón? ¿Es esa la tecnología de los Dioses para crear una despoblación mundial? Por medio de terremotos, tsunamis, deslaves. Destruyendo a la humanidad, dejando el planeta deshabitado para un grupo privilegiado.
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