Si hay algo que verdaderamente demuestra la agresión contra Libia, es que el “Imperialismo” no sólo forma parte de la fraseología revolucionaria, o es un simple recurso de fácil retórica para algunos dirigentes de “izquierda”...
El siguiente artículo no busca ser una apología sobre la figura política de quien quizás sea, el libio más conocido del mundo, pues eso es materia de un comunicado de solidaridad y creo que sobre Libia han habido bastantes; tampoco y nada más alejado de la realidad, pretendo hacer una defensa a la agresión imperial que hoy vive Libia; la intención no es otra, sino la de mostrar como en ocasiones, los procesos políticos generan resultados inversamente proporcionales a los esperados por sus actores, a pesar de los esfuerzos realizados.
Primera Lección: Negociar con Occidente no garantiza estabilidad política; para nadie es un secreto que el Coronel Gadafi ha hecho grandes acuerdos económicos con lo más selecto de los sectores más conservadores de la derecha europea, el mismo Berlusconi besó la mano de Gadafi en la Cumbre de la Liga Árabe en febrero del 2010; en 2009 Gadafi fue el invitado especial a la cumbre del G8 en Italia, donde los grandes temas de comercio y economía mundial son tratados por los países más favorecidos del intercambio económico internacional, y hasta donde el mismo Obama le dio la mano, señal contemporánea de aceptación internacional en el lenguaje diplomático, equivalente a que en la edad media, el Papa le concediera una audiencia a algún monarca; Sarkozy, presidente francés se comprometió sin explicación aparente a instalar en Libia un reactor nuclear para fines civiles en 2007, pero ahora todo parece tener sentido, pues al parecer dinero Libio fue destinado a financiar la campaña electoral del entonces candidato Nicolas Sarkozy, quizás por ello, el apuro que Francia mostró en ser el primer país en reconocer a los rebeldes libios como la única autoridad legítima en Libia; por lo que parece, Sarkozy prefiere ahorrar algún dinero.
Segunda Lección: Para invadirte no necesito justificación, sólo excusas; aunque esta lección no es de autoría exclusiva de Gadafi, siempre es bueno recordarla, la invasión atípica (ya que no hay tropas terrestres de la OTAN o de los Aliados, sino sólo apoyo aéreo, a través de bombardeos) que hoy sufre Libia, no tiene ninguna justificación política, ni ética, ni legal y mucho menos humanitaria, ya que si así fuere el caso, la OTAN tendría que invadir, España, debido a la represión de todo el movimiento de Indignados, que se ha generado a partir de la crisis económica, y tendría que invadir a Inglaterra, pues asesinan a afrodescendientes sin razón alguna (recordando los tiempos del Apartheid), que generaron caos y fuertes protestas en Londres a comienzos de agosto; para esta invasión se utilizó la excusa de la “ayuda humanitaria”, y una vez más, pruebas no comprobadas ni verificadas fueron utilizadas de manera irresponsable por los servicios de inteligencia de los países poderosos, servicios que siguen demostrando que de lo que más carecen es de inteligencia misma; ya que periodistas europeos afirmaron que medios occidentales difundieron “imágenes falsas de fosas comunes o de lugares devastados”.
Tercera Lección: No queremos tus armas, queremos tus riquezas naturales; en diciembre del 2003 Libia renunció a su Programa Nuclear y al desarrollo de misiles balísticos, al parecer la invasión de Irak ,que se inició en marzo de ese mismo año, sirvió de mecanismo intimidatorio para que el líder Libio dejara que funcionarios de la Agencia Internacional de Energía Atómica inspeccionaran las instalaciones donde se desarrollaba el programa nuclear libio, si bien la conclusión a la que se llegó luego de la visita a Libia de 3 días que realizó la AIEA, fue que el país estaba lejos de fabricar un arma nuclear, agentes británicos y norteamericanos que realizaron visitas secretas a laboratorios de armas, en octubre y diciembre de 2003, opinaron que Libia estaba “bien encaminada” a la construcción de una bomba nuclear, un eufemismo más en el lenguaje diplomático de los Servicios de Inteligencia, para decir que Libia no contaba con los componentes tecnológicos para desarrollar armas nucleares; pero lo que realmente querían los agentes británicos y norteamericanos eran las reservas estimadas en 42 mil millones de barriles de petróleo que tiene Libia, además de sus importantes reservas de gas y agua dulce.
Cuarta Lección: Familia que bombardea unida, permanece unidad; el hecho de que primero fueron los países europeos, los que comenzaron la agresión a Libia, luego se sumara Estados Unidos, y de esa forma alcanzar que la OTAN asumiera oficialmente la operación militar de nombre “Amanecer de la Odisea”, no quiere decir que Estados Unidos llegara algo retardado al teatro de operaciones, por el contrario, desde hace más de 20 años el país norteamericano tiene planes militares sobre Libia, y el simple hecho de que haya sido el Pentágono quién le colocará el nombre a la operación militar sobre Libia, habla de quién es el verdadero autor del crimen, aunque sus padrinos sean europeos, lo resaltante de todo esto y la moraleja es que, responsables de la compañía petrolífera en manos de los rebeldes libios, Agoco, ya han señalado que China y Rusia podrían perder sus contratos en los recursos naturales de Libia por no haber apoyado la rebelión contra Gadafi. China tiene inversiones en Libia por valor de 18.000 millones de dólares, proyectos en los que trabajaban 35.000 chinos antes de ser evacuados al iniciarse el conflicto civil en febrero; así que el hecho de no invertir en bombas en suelo libio, puede generar algunas perdidas.
Si hay algo que verdaderamente demuestra la agresión contra Libia, es que el “Imperialismo” no sólo forma parte de la fraseología revolucionaria, o es un simple recurso de fácil retórica para algunos dirigentes de “izquierda” que en ocasiones pareciera que no saben a quién transferirle su calificada incompetencia; el imperialismo es una categoría teórico-conceptual, que expresa una relación política de dominante-dominado; conquistador-oprimido, explotador-explotado, que utiliza mecanismos de coerción económica, sujeción legal e intervención militar, con el fin de obtener con la mayor estabilidad y beneficio posible, los recursos naturales capaces de mantener los niveles de consumo de bienes y servicios en sus sociedades.
Primera Lección: Negociar con Occidente no garantiza estabilidad política; para nadie es un secreto que el Coronel Gadafi ha hecho grandes acuerdos económicos con lo más selecto de los sectores más conservadores de la derecha europea, el mismo Berlusconi besó la mano de Gadafi en la Cumbre de la Liga Árabe en febrero del 2010; en 2009 Gadafi fue el invitado especial a la cumbre del G8 en Italia, donde los grandes temas de comercio y economía mundial son tratados por los países más favorecidos del intercambio económico internacional, y hasta donde el mismo Obama le dio la mano, señal contemporánea de aceptación internacional en el lenguaje diplomático, equivalente a que en la edad media, el Papa le concediera una audiencia a algún monarca; Sarkozy, presidente francés se comprometió sin explicación aparente a instalar en Libia un reactor nuclear para fines civiles en 2007, pero ahora todo parece tener sentido, pues al parecer dinero Libio fue destinado a financiar la campaña electoral del entonces candidato Nicolas Sarkozy, quizás por ello, el apuro que Francia mostró en ser el primer país en reconocer a los rebeldes libios como la única autoridad legítima en Libia; por lo que parece, Sarkozy prefiere ahorrar algún dinero.
Segunda Lección: Para invadirte no necesito justificación, sólo excusas; aunque esta lección no es de autoría exclusiva de Gadafi, siempre es bueno recordarla, la invasión atípica (ya que no hay tropas terrestres de la OTAN o de los Aliados, sino sólo apoyo aéreo, a través de bombardeos) que hoy sufre Libia, no tiene ninguna justificación política, ni ética, ni legal y mucho menos humanitaria, ya que si así fuere el caso, la OTAN tendría que invadir, España, debido a la represión de todo el movimiento de Indignados, que se ha generado a partir de la crisis económica, y tendría que invadir a Inglaterra, pues asesinan a afrodescendientes sin razón alguna (recordando los tiempos del Apartheid), que generaron caos y fuertes protestas en Londres a comienzos de agosto; para esta invasión se utilizó la excusa de la “ayuda humanitaria”, y una vez más, pruebas no comprobadas ni verificadas fueron utilizadas de manera irresponsable por los servicios de inteligencia de los países poderosos, servicios que siguen demostrando que de lo que más carecen es de inteligencia misma; ya que periodistas europeos afirmaron que medios occidentales difundieron “imágenes falsas de fosas comunes o de lugares devastados”.
Tercera Lección: No queremos tus armas, queremos tus riquezas naturales; en diciembre del 2003 Libia renunció a su Programa Nuclear y al desarrollo de misiles balísticos, al parecer la invasión de Irak ,que se inició en marzo de ese mismo año, sirvió de mecanismo intimidatorio para que el líder Libio dejara que funcionarios de la Agencia Internacional de Energía Atómica inspeccionaran las instalaciones donde se desarrollaba el programa nuclear libio, si bien la conclusión a la que se llegó luego de la visita a Libia de 3 días que realizó la AIEA, fue que el país estaba lejos de fabricar un arma nuclear, agentes británicos y norteamericanos que realizaron visitas secretas a laboratorios de armas, en octubre y diciembre de 2003, opinaron que Libia estaba “bien encaminada” a la construcción de una bomba nuclear, un eufemismo más en el lenguaje diplomático de los Servicios de Inteligencia, para decir que Libia no contaba con los componentes tecnológicos para desarrollar armas nucleares; pero lo que realmente querían los agentes británicos y norteamericanos eran las reservas estimadas en 42 mil millones de barriles de petróleo que tiene Libia, además de sus importantes reservas de gas y agua dulce.
Cuarta Lección: Familia que bombardea unida, permanece unidad; el hecho de que primero fueron los países europeos, los que comenzaron la agresión a Libia, luego se sumara Estados Unidos, y de esa forma alcanzar que la OTAN asumiera oficialmente la operación militar de nombre “Amanecer de la Odisea”, no quiere decir que Estados Unidos llegara algo retardado al teatro de operaciones, por el contrario, desde hace más de 20 años el país norteamericano tiene planes militares sobre Libia, y el simple hecho de que haya sido el Pentágono quién le colocará el nombre a la operación militar sobre Libia, habla de quién es el verdadero autor del crimen, aunque sus padrinos sean europeos, lo resaltante de todo esto y la moraleja es que, responsables de la compañía petrolífera en manos de los rebeldes libios, Agoco, ya han señalado que China y Rusia podrían perder sus contratos en los recursos naturales de Libia por no haber apoyado la rebelión contra Gadafi. China tiene inversiones en Libia por valor de 18.000 millones de dólares, proyectos en los que trabajaban 35.000 chinos antes de ser evacuados al iniciarse el conflicto civil en febrero; así que el hecho de no invertir en bombas en suelo libio, puede generar algunas perdidas.
Si hay algo que verdaderamente demuestra la agresión contra Libia, es que el “Imperialismo” no sólo forma parte de la fraseología revolucionaria, o es un simple recurso de fácil retórica para algunos dirigentes de “izquierda” que en ocasiones pareciera que no saben a quién transferirle su calificada incompetencia; el imperialismo es una categoría teórico-conceptual, que expresa una relación política de dominante-dominado; conquistador-oprimido, explotador-explotado, que utiliza mecanismos de coerción económica, sujeción legal e intervención militar, con el fin de obtener con la mayor estabilidad y beneficio posible, los recursos naturales capaces de mantener los niveles de consumo de bienes y servicios en sus sociedades.
0 comentarios:
Publicar un comentario