“Lo que sucedió hace diez años cambió nuestras vidas pero creo que ahora vivimos en un mundo más seguro que hace diez años”,después de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, declaró el secretario general de la Alianza Atlántica (OTAN) Anders Fogh Rasmussen, durante una conferencia de prensa en Bruselas. (Fuente: AFP)
Vaya despliegue de cinismo de parte de la entidad belicista que acaba de orquestar una implacable operación terrorista multinacional contra el pueblo libio, movilizando para ello hasta combatientes de Al Qaeda, la organización que fue culpada por los ataques a las torres gemelas. Y así se pretende hacer creer que al igual que Pangloss, estamos viviendo en el mejor de los mundos, sobre montañas de cadáveres, de inocentes víctimas civiles de la codicia de poderosas transnacionales tras las riquezas naturales de los países menos desarrollados y militarmente más débiles, “en cualquier oscuro rincón”.Hay que disponer en verdad de una cara muy dura para afirmar que este planeta es hoy más seguro que hace diez años, cuando después del todavía sin esclarecer suceso del 11 de septiembre, el escenario mundial se ha visto perturbado por dos guerras de ocupación, en Afganistan e Iraq, la amenaza de otra más terrible contra Iran, a lo que se suma Libia y ahora Siria en la mirilla de la OTAN. Y de la inseguridad económica global, ambiental y alimentaria, que ha desatado un pavoroso genocidio por hambruna, punto en boca.
El terrorismo siempre merecerá energica condena, pero su ejercicio no es sólo privativo de las reales o supuestas redes tan mediáticamente puestas en picota, porque también existe el terrorismo de Estado, ese que Israel acomete contra los palestinos, y el que Estados Unidos ha practicado durante décadas al alentar y proteger a grupos violentos que siguen atentando contra Cuba. Pués bien, la OTAN ha subido la parada, lo ha institucionalizado globalmente. Y que no se vuelva a decir que disfrutamos de un mundo más seguro. Por favor más respeto para la inteligencia humana.
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