miércoles, 6 de junio de 2012

Tenso diálogo entre un líder de los mineros y los jefes antidisturbios.



http://www.lne.es/asturias/2012/06/06/villa-policia-llevo-60-anos-negocio-ace...

Villa, a la Policía: «Llevo 60 años en primera línea de este negocio y no acepto la represión»
Tenso diálogo entre el líder del SOMA y los jefes antidisturbios, uno de ellos de Tuilla como el sindicalista, durante la protesta minera que cortó los accesos al puerto de El Musel
Las protestas mineras provocan situaciones insólitas, como que dos hijos de Tuilla (Langreo), el líder del SOMA, José Ángel Fernández Villa, y uno de los jefes de los antidisturbios del Cuerpo Nacional de Policía se encuentren frente a frente en bandos diferentes. Ocurrió en la mañana de ayer, cuando los mineros cortaron el acceso al parque de carbones de El Musel, en Gijón. Los antidisturbios lanzaron gas, y Fernández-Villa, acalorado, se enfrentó al jefe de los agentes. Éste es el diálogo íntegro:

F. Villa: Lo que no acepto ye que empiecen a disparar habiendo quedado aquí. Porque eso es una provocación.

Primer jefe de la Policía: No vuelve a suceder.

F. Villa: Y con la gente que es, ¡los arrollamos!

Mineros: ¡Ahí, ahí! ¡Lárguese! ¡Claro que sí! ¡Y no nos acojonen!

Primer jefe: Vamos a retirarnos.

F. Villa: Ya, pero quiero decir que no provoquen, hostia.

La cosa parece calmarse, pero, de repente, aparecen seis furgones de antidisturbios. Fernández-Villa sale por debajo de la pancarta y se dirige airado al jefe policial, un hombre con antepasados mineros, que jugó en el Tuilla e incluso llegó a conocer la casa familiar del dirigente minero.

F. Villa: ¿Qué necesidad hay? ¿Usted cree que es normal esto?

Primer jefe: Tenemos que prever.

F. Villa: Prever no, esto es provocar. Pues si tenemos que...

Primer jefe: No, no, no, hombre, no...

F. Villa: ...dar la batalla...

Primer jefe: Que nosotros no queremos batalla ninguna, hombre.

Minero: ¡Quién lo diría!

F. Villa: Lo que no puede haber es este despliegue aquí.

Primer jefe: Esta gente tenemos que tenerla en algún lado.

F. Villa: Pero podían estar discretos donde estaban hasta ahora.

Primer jefe: Es que han llegado ahora. Nosotros nos retiramos.

F. Villa: Por Dios. Ya habíamos hablado con usted. Lo que no se justifica ye que había un grupo de gente aquí que empezó a disparar. Podíamos haber arrollado. Y ahora no pueden aparecer.

Primer jefe: No se preocupe.

Segundo jefe: Volvamos a la calma.

F. Villa: Yo toi muy calmao, ¿eh? Yo llevo sesenta años en primera línea de este negocio. Y viví la represión de la dictadura y no acepto una represión en la democracia. Así de claro. Que se guarden, por Dios. Íbamos a venir a preguntarle: ¿podemos ir a otra zona?

Primer jefe: Se pueden ir ustedes.

F. Villa: Era lo que estábamos tratando. Pero aquí ¿que aparezca todo eso? ¿Que venimos, armaos, joder?

Minero: No nos dejan ni manifestarnos. Esto ye la puta derecha.

Segundo jefe: No asustamos a nadie, ni comemos a nadie.

Primer jefe: Si somos los menos interesados.

Segundo jefe: Somos gente normal, como ustedes.

Primer jefe: Si no tenemos nada contra ustedes.

F. Villa: Si quedamos en una cosa, no hay por qué aparecer por aquí. ¿En previsión de qué?

Segundo jefe: Pero para eso estamos, para eso estamos.

Primer jefe: Para evitar...

F. Villa: Pero ¿no podían seguir guardaos?

Segundo jefe: Nos marchamos, nos marchamos ahora.

F. Villa: ¿No podían? ¿Por qué aparecen?

Segundo jefe: Hombre, lo que tenemos que hacer lo decidimos nosotros, no lo decides tú.

F. Villa: (Cabreado) Y lo que voy a hacer yo ye decirle a la gente que tire pa'lante. Ya está.

Segundo jefe: Tú verás.

F. Villa: Ya está. Yo no pretendo decir...

Segundo jefe: Si tampoco es para ponerse así.

F. Villa: ...lo que tienen que hacer ustedes. Lo respeto, y la responsabilidad ye ¡un comportamientu políticu represivu! Así de claro.

Segundo jefe: Entonces no lo critiques. Te podrá gustar o no.

Una mujer: Esto ye la derecha, esto ye una dictadura, hombre, dictadura total.

F. Villa: Yo lo que estoy opinando es que habíamos hablado con un compañero lo que íbamos a hacer y de golpe y porrazo aparece aquí todo un ejército.

Primer jefe: Nosotros, igual que aparecemos, nos vamos.

F. Villa: Yo no invado competencias de nadie, pero que me atropellen y atropellen a la gente, no.

Segundo jefe: Pero no busques problemas, hombre. Ni imponer lo que tengamos que hacer, ¿vale?

F. Villa: No, yo no te voy a imponer, pero provocarme, eso no.

Segundo jefe: Nosotros no provocamos a nadie.

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