por Lutte ouvrière
Durante unos días, a comienzos de agosto, el gobierno griego de coalición derecha-Pasok se ha lanzado a una espectacular e indignante operación de control y detención de inmigrantes
Durante unos días, a comienzos de agosto, el gobierno griego de coalición derecha-Pasok se ha lanzado a una espectacular e indignante operación de control y detención de inmigrantes, especialmente en el centro de Atenas y la provincia fronteriza de Evros, al noreste del país.
Alrededor de 5.000 policías se habrían desplegado, a menudo procedentes de otras regiones, para detener, controlar, encerrar y amenazar de expulsión a miles de inmigrante, de los cuales muchos son sin-papeles. La tarde del 7 de agosto, cerca de 1.600 personas habían sido trasladadas ya a centros de retención. Una cincuentena de registros habían sido igualmente organizados en diferentes ciudades del país.
Esta gigantesca redada, ridículamente bautizada Zeus Xénios, dios hospitalario de la Antigüedad griega, ha sido muy comentada por los políticos en el poder, en especial el ministro para la protección del ciudadano, Nikos Dendias, del partido de derecha Nueva Democracia. Este último, después de que el primer ministro se hubiera comprometido a “reconquistar las ciudades” frente a la “invasión de inmigrantes ilegales”, se ha dedicado a hacer demagogia haciendo alusión a “la mayor invasión de todos los tiempos” desde la de los Dorios, que amenazaría la “supervivencia nacional”.
Esta demagogia acaba de sumarse a las demostraciones xenófobas del partido de extrema derecha Alba Dorada que, por su parte, estaba organizando distribución de pasta y aceite a los desamparados, a condición… de que tuvieran carné de identidad griego. La operación gubernamental ha tenido sin duda más visibilidad debido a los medios estatales puestos en marcha, hasta tal punto que, disgustados, los de Alba Dorada han hablado “de golpe de comunicación mal organizado”. En cuanto al Pasok, el partido socialista miembro de la coalición gubernamental, ha admitido que “la ley debía ser impuesta en Atenas” aunque declarando que “no era preciso trasladar el problema a otras ciudades del norte del país”. Solo los partidos de izquierda radical, el Partido Comunista KKE y Siriza, han protestado contra esta operación.
El gobierno griego se prepara para adoptar, bajo las ordenes de orden de los acreedores de la Troika (FMI, BCE, Unión Europea), nuevas medidas de reducción del gasto público, incluyendo disminución de salarios y de pensiones de jubilación; se trataría de una condición previa al pago en septiembre de un nuevo plazo del préstamo destinado a reflotar a los bancos. El asalto llevado a cabo por la policía contra los inmigrantes, en este contexto, se promueve claramente para intentar desviar el descontento social contra los extranjeros, siguiendo un proceder infame que ahora se repite de un país a otro.
Viviane LAFONT
Traducción de F.P.
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