Julian Assange tiene motivos probados para temer por su vida si abandona, sin salvoconducto, la embajada de Ecuador. Las sospechas de que Estados Unidos podría exigir su extradición para juzgarlo por graves crímenes, y ser condenado a muerte, han quedado al descubierto en una serie de documentos desclasificados del Ejército de EEUU.
Los informes de contrainteligencia señalan a Julian Assange y a WikiLeaks como enemigos de Estados Unidos, la misma categoría donde sitúan a la red terrorista Al Qaeda y a la insurgencia talibán, según revela el diario australiano ‘The Sidney Morning Herald‘. El abogado de Assange , Michael Ratner, asegura que esta inculpación tiene serias implicaciones, ya que podría ser juzgado por un tribunal militar.
Además, cables diplomáticos australianos han confirmado que se está llevando una investigación por espionaje “sin precedentes” del Departamento de Justicia contra Assange y WikiLeaks. De igual manera, el personal militar estadounidense que se comunique o simpatice con WikiLeaks puede ser acusado de “comunicarse con el enemigo”, un delito militar que también conlleva una pena máxima de muerte.
Los documentos, originalmente clasificados como “Secretos”, se centran en una investigación sobre un analista de sistemas con sede en Reino Unido que supuestamente expresó su apoyo a WikiLeaks y asistió a las manifestaciones a favor de Assange en Londres.
Temían que el analista, que tenía una autorización de seguridad de alto secreto y el acceso a la red secreta del Ejército de EEUU, hubiera revelado información clasificada a la organización de Assange, descrita como un grupo “antiestadounidense y antimilitar”. El acceso a la información clasificada del analista, que niega las acusaciones, fue suspendido aunque la investigación se cerró por falta de evidencias.
Mientras tanto, Assange permanece refugiado en la embajada londinense de Ecuador, que le concedió asilo diplomático por el riesgo de que si es extraditado a Suecia, donde se le reclama por dos supuestos delitos sexuales, sea extraditado a EEUU para enfrentar cargos de espionaje o conspiración por la filtración de cientos de miles de informes militares secretos de EEUU.
El vicepresidente de EEUU, Joe Biden, calificó a Assange como “terrorista de alta tecnología” en diciembre de 2010 y los líderes del Congreso estadounidense han pedido que fuera acusado de espionaje. Por el momento, el único acusado es el soldado Bradley Manning, que se enfrenta a numerosas acusaciones, entre ellas la de ayudar al enemigo, por filtrar los documentos a WikiLeaks.
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