Los indignados españoles cumplieron ayer su cuarta manifestación en la modalidad “Rodear el Congreso” y, pese a una catarata de amenazas de arrestos y represión, la policía se limitó a controlar la situación.
La protesta, la menos numerosa de las cuatro, se cumplió entre las 19 y las 22 horas y se dirigió directamente contra el Parlamento, que en ese momento debatía los polémicos presupuestos del año que viene. “Van a aprobar más impuestos, más recortes y sacrificios. Aumentará la parálisis económica y la desocupación”, explicó uno de los voceros.
Los presupuestos, en los que los intereses de la deuda representan el 30% de los gastos, incluyen un ajuste de 13.200 millones de euros, que se añaden a los recortes de este año, que ya afectaron en especial a los sectores de sanidad y educación.
Después del triunfo en las elecciones gallegas, el gobierno y los conservadores asumieron un talante más duro, partidarios de una enérgica represión ante la convocatoria de ayer.
Las amenazas se sucedieron durante tres días y también en la jornada de ayer. La gente fue llegando, pese a todo, y se juntaron centenares de personas que gritaban “No nos representan”. Además, coreaban: “Esto no es una crisis. ¡Es un atraco!”.
El despliegue policial era imponente, un total de 1.350 agentes, 600 de los cuales eran los temidos antidisturbios.
La concentración obligó en un momento dado a cortar el tráfico en el Paseo de Recoletos, pero la policía continuó dentro de los furgones, con sus luces intermites azules funcionando constantemente, y desplegada detrás de las vallas. La tensión se mantuvo porque todos los manifestantes recordaban que la primera demostración, el 25 de septiembre, terminó con una durísima actuación policial que dejó 64 heridos y 35 detenidos.
En una asamblea que se realizó analizando propuestas sobre el presupuesto se denunció los recortes “insoportables en sanidad y en educación”. También que “el sentimiento que tenemos en la calle es que no nos respetan”.
Una vez aprobadas las propuestas, se colgaron en las vallas policiales junto a consignas como “el gobierno pide paciencia, nosotros gritamos desobediencia”. “Estas son cuentas públicas que causan opresión y miseria”.
Al llegar las 21 horas, se desprendió una demostración encabezada por un cartel que decía: “PSOEdimisión”. La protesta trató entonces de “rodear el Congreso” por calles aledañas. Pero, cuando se desarrollaba la marcha verificaron que todos los accesos estaban vallados por la policía.
Los guardias advirtieron que la demostración no estaba autorizada y que se iban a producir detenciones de quienes intentaran violar el bloqueo policial.
Después de una media hora, los manifestantes volvieron a la Plaza de Neptuno y se volvió a formalizar la concentración.
Pero los organizadores informaron que los diputados ya se habían retirado y, tal como estaba previsto, era el momento de finalizar con la protesta.
(Con información de Clarín)
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