Por la mañana, de forma pacífica, disciplinada y silenciosa, entre 30.000 y 50.000 zapatistas ocuparon las plazas de Palenque, Ocosingo, Altamirano, Las Margaritas, y San Cristóbal de las Casas, donde marcharon ante turistas y curiosos, que aguardaban la presencia de algún comandante del grupo rebelde o la lectura de algún pronunciamiento.
Sin embargo, ello no ocurrió y la incertidumbre sobre las razones de la movilización estuvo en el aire por varias horas.
Fue hasta la noche que la Comandancia General del EZLN difundió un breve mensaje firmado por el subcomandante Marcos:
“¿Escucharon?
Es el sonido de su mundo derrumbándose.
Es el del nuestro resurgiendo.
El día que fue el día, era de noche.
Y noche será el día que será el día”.
Es el sonido de su mundo derrumbándose.
Es el del nuestro resurgiendo.
El día que fue el día, era de noche.
Y noche será el día que será el día”.
Previo a este comunicado, el dirigente del EZLN permaneció en silencio por casi cuatro años, lo que dio origen a diversos rumores, entre ellos su posible relevo de las filas insurgentes e incluso de que ya había fallecido en la selva Lacandona.
Luego de la marcha de este viernes, los zapatistas mostraron una vez más su capacidad de convocatoria entre sus bases de apoyo al salir desde sus comunidades enclavadas en las regiones Altos, Selva y Las Cañadas.
José Gil Olmos e Isaín Mandujano / Proceso
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