Grupo anarquista anticlerical envía dildos explosivos a dos miembros de la Igesia Católica en España.
Uno de los destinatarios de los juguetes sexuales fue el arzobispo de Pamplona, monseñor Francisco Pérez; otro “consolador bomba” fue dirigido al director de “un colegio elitista de los Legionarios de Cristo”, artefacto que en esa ocasión estalló en unas oficinas de Correos. El paquete destinado a Francisco Pérez sí llegó: el Arzobispado admitió haber recibido “un paquete raro” que contenía unos polvos. Ante sospechas lo remitieron a la policía, no sin antes jugar con el (comentario en itálicas no obedece a la realidad y es completamente inapropiado aunque no del todo improbable).
España tiene una gran tradición anarquista y evidentemente estas acciones aunque reprobables desde cierto punto de vista son una crítica a las prácticas sexuales pederastas de la Iglesia Católica, que han salido a la superficie en los últimos años. Una broma pesada que bien podría ser parte de la Sociedad Discordiana. [El Correo]
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