Margaret Thatcher lanzó un feroz ataque contra la clase trabajadora, recortando derechos laborales e impulsando la privatización de la sanidad y la educación.
No mostró ninguna clase de pesar por la muerte de Bobby Sands y sus compañeros del IRA Provisonal, que murieron de inanición reivindicando la condición de presos políticos. Durante sus años como Primera Ministra, las fuerzas de ocupación inglesas recurrieron sistemáticamente a la tortura y el asesinato extrajudicial.
Algunos periodistas extranjeros afirmaron que Irlanda del Norte se parecía a Chile por el clima de represión. Aunque no pudo probarse, las muertes en controles de carretera, interrogatorios y presuntas fugas hicieron circular la sospecha de que se había ordenado disparar a matar contra los activistas del IRA Provisional, sin ofrecerles la oportunidad de entregarse.
El cineasta Ken Loach reflejaría esa política en Agenda oculta (1990), mostrando que la democrática Inglaterra copiaba los métodos de las dictaduras latinoamericanas. Margaret Thatcher fue calificada por los republicanos como “la peor bastarda que hemos padecido”.
Elvis Costello compuso un tema “Tramp the dirt down”, que afirmaba: “Cuando Inglaterra era la peor zorra del mundo, Margaret era su madame”. En “Merry Christmas Maggie Thatcher”, Elton John cantaba: “Feliz Navidad, sangrienta Maggie. Todos celebramos este día, porque ya queda un día menos para tu muerte”.
Public Enemy recordaría las simpatías de la Primera Ministra hacia el apartheid en “Prophets of rage” y el grupo punk Crass criticaría su repulsivo belicismo (“Tu falta de humanidad, Maggie, te libra de percibir el dolor que has ocasionado, determinado, creado y ordenado”), aludiendo a la guerra de Las Malvinas. No está de más recordar su entrevista con Pinochet durante la estancia forzosa del famoso genocida en Londres.
Maggie se hizo fotografías con el infame general, sin escatimar muestras de afecto hacia “un viejo amigo”.
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