Estos actos se produjeron después que el Congreso estatal aprobara el repudiado proyecto educativo.
La protesta comenzó cuando miles de integrantes de la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG) marcharon por el centro de Chilpancingo y se dirigieron a la sede del PRI, al que pertenece el presidente Enrique Peña Nieto, quien impulsó la reforma educativa.
Las oficinas del PRI fueron destrozadas por los manifestantes que, encapuchados y armados con palos y tubos, rompieron vidrios, ingresaron al interior, aventaron hacia la calle muebles, papeles y plantas; y hasta prendieron fuego dentro del inmueble, que tuvo que ser sofocado por bomberos y cuerpos de protección civil.
Igualmente, fueron saqueadas y quemadas oficinas administrativas de la Secretaría de Educación del estado, para eliminar las actas de despido que han sido levantadas contra profesores inconformes.
Los manifestantes intentaron dirigirse también al Congreso de Guerrero, pero en la vía sí se toparon con un contingente de policías municipales, que solicitaron el apoyo federal debido al alto número de manifestantes.
LibreRed
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