Según la cifra oficial, Facebook, la mayor red social del mundo, cuenta con más de 1.100 millones de usuarios activos mensualmente. En realidad, es una “monstruosa máquina de vigilancia”, comentó el activista del software libre Richard Stallman.
Stallman, creador de la Fundación para el Software Libre, la organización que desde 1985 se dedica a eliminar las restricciones sobre la copia, redistribución y modificación de programas de computadoras, insiste en que la mejor manera de proteger los datos es abstenerse de usar servicios tan “repugnantes” como Facebook. En su entrevista para el programa de RT ‘SophieCo’, el activista explicó que en EE.UU. las corporaciones y el Estado “van mano a mano”, ya que la llamada Ley Patriota obliga a las compañías a entregar datos confidenciales a los servicios secretos.
En numerosas ocasiones el fundador del sitio de filtraciones WikiLeaks, el periodista australiano Julian Assange, advirtió a los internautas contra la adhesión ciega a la red social. “Facebook es la más espantosa máquina de espionaje jamás inventada. Todo el mundo debe entender que cuando agrega amigos en Facebook lo que hace es trabajar gratis en la construcción de una base de datos para las agencias de los estadounidenses. Es una base de datos muy accesible, que contiene información sobre las relaciones, nombres y direcciones de la gente y de sus familiares, todo al alcance de EE.UU., todo accesible para la inteligencia norteamericana”, insiste.
“La gente se siente muy a gusto [en Facebook] porque no solo puede compartir más información y más variada, sino porque además la puede compartir más abiertamente y con más gente”, explicó Mark Zuckerberg a la hora de comentar los primeros éxitos de su criatura. Compartir información “más abiertamente” y con “más gente” suena muy bien, pero los espías, sean domésticos o extranjeros, también son “más gente”, según los reconocidos periodistas estadounidenses Marc Ambinder y David Brown (D.B. Grady). En su libro ‘Deep State: Inside the Government Secrecy Industry’ (‘Las profundidades del Estado. La industria de los secretos del Gobierno’) postulan que, en primer lugar, el beneficiario natural de este “gueto de cristal para la privacidad” es el Estado.”Hoy en día este tipo de información se usa ampliamente en los procedimientos legales. No hay necesidad alguna de órdenes judiciales, la Cuarta Enmienda [el derecho de los habitantes de EE.UU. de que sus personas, domicilios, papeles y efectos se hallen a salvo de pesquisas y aprehensiones arbitrarias] no vale”, acentúan.
Al mismo tiempo los periodistas destacan la otra cara de la moneda. “En las primeras etapas de las campañas militares de Irak y Afganistán los efectivos estadounidenses subían a sus perfiles en Myspace imágenes de su vida cotidiana en los campos militares en las zonas de guerra. Muy pronto el Ejército se dio cuenta de que los servicios extranjeros de inteligencia podían recopilar miles de estas fotos y crear mapas detallados a todo color de sus bases militares, un resultado para el cual en la época de la Guerra Fría se necesitaba la infiltración de espías de primera clase, maletas de dinero y esquemas muy elaborados de chantaje.
En nuestra época de transparencia extrema, basta con ir a una cuenta de MySpace para saber adónde se debe dirigir el fuego de los morteros”, puntualizan. Ambinder y Brown recuerdan que desde el año 2009 los efectivos estadounidenses tienen prescrito usar la red con sumo cuidado.
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